Hace tres meses asumió como arzobispo de Santiago. Han sido meses intensos para Fernando Chomalí Garib en los que ha visitado muchas parroquias y organizaciones. “Me he encontrado una lglesia viva y activa que trabaja en las parroquias y en las comunidades. Me he encontrado también con mucha esperanza en el futuro, dado que el mensaje de que Jesucristo ha resucitado puede ser un aporte fundamental en la sociedad en la que estamos inmersos”, confesó al ser entrevistado por el diario El Mercurio.
Chomalí es presidente, además, de la Conferencia Episcopal de Chile. Desde ambos cargos, en este período, ha hecho varias declaraciones públicas. Consultado por el diario si está volviendo a darle voz a la Iglesia, en esa entrevista respondió que “la lglesia forma parte de la sociedad chilena y, por lo tanto, no solo tenemos el derecho de hacer apreciaciones para colaborar en el debate público, sino que también el deber. Lo hacemos desde la perspectiva cristiana que me parece que responde muy bien a las exigencias de los tiempos que vivimos”.
Agregó que “estamos convencidos de que nuestra voz tiene un sentido muy profundo y verdadero porque viene de Jesucristo. No nos interesa convertir el Evangelio en mera propaganda ni salir en la prensa por salir. No creemos que la pastoral se haga mediante estrategias de marketing”.
A la pregunta de “¿Cuál ha sido el sello que ha buscado instalar en su gestión?” el arzobispo de Santiago responde: “Yo quiero dar tres sellos: primero, que los católicos tengamos mayor hondura espiritual, acercándonos más a la palabra de Dios, especialmente este año que el Papa nos ha invitado a la oración; luego, generar más espacios de fraternidad, pues hoy día lo que más necesitamos es fraternidad, dado que hay un individualismo galopante; tercero, una Iglesia con mucho compromiso hacia los pobres y más solidaria, que creo que lo estamos viviendo”.
Hace pocas semanas se conoció una declaración de 11 confesiones religiosas en la que hacen un llamado a la paz y a “una verdadera política de acuerdos y consensos, hacia un acuerdo nacional”. Chomalí era uno de los firmantes y en la entrevista se refiere a ella: “Es sabido que en Chile hay una crisis muy profunda de seguridad y también que hay muchas personas con desesperanza hacia el futuro. Dado que el mundo político tiene la responsabilidad de velar por el bien común, hemos hecho un llamado para llegar a acuerdos importantes en todos los temas que tocan la esencia de la vida de los ciudadanos, como es la seguridad o como es la posibilidad de educar a sus hijos”.
“¿Qué le pareció la repercusión que tuvo la carta? ¿Lo llamaron autoridades para conversar al respecto?”, le consulta el periodista. “La carta fue muy bien asumida por todos los actores políticos y he estado en conversaciones para ver de qué manera podemos reconstruir el tejido social, de qué manera podemos llegar como sociedad a grandes acuerdos para que avancemos como país. Es evidente que la carta tuvo una repercusión muy importante y nos dimos cuenta de que muchas personas la estaban esperando de nuestra parte como actores fundamentales de una sociedad creyente, cristiana, que cree en los valores de la verdad, la solidaridad y la igualdad fundamental entre seres humanos”.
Agrega que “es evidente que hay espacio para grandes acuerdos entre los políticos y la lglesia puede tener un rol importante en el sentido de invitarlos a ver cuáles son los aspectos fundamentales en los cuales tenemos que concentrarnos para que los chilenos, y también los migrantes, tengan una vida mejor y puedan formar una familia, trabajar, tener pensiones dignas y puedan vivir con seguridad”.
Siempre respecto a la situación actual del país, el Arzobispo precisa que “En Chile tenemos que fortalecer tres aspectos: primero, un proyecto común de qué sociedad queremos construir; luego, promover una ética individual a toda prueba y para ello es muy importante que tengamos sólidos principios morales que surgen con el amor a la verdad y al bien; y en tercer lugar, promover con más fuerza un sentido de comunidad y hacer ver que el todo es más importante que las partes y que el bien común se construye entre todos. Si somos capaces de generar un ambiente para que estos tres aspectos permeen toda la sociedad, tenemos esperanza. En la medida en que cada uno se aísle en su propia parcela, no tendremos esperanza”.
Los crecientes hechos de corrupción conocidos son otra dimensión de la sociedad que se le plantea: “La corrupción es un cáncer que corroe a la sociedad entera, afirma Chomalí. Creo que en Chile es tremendamente importante fortalecer a las instituciones y ser absolutamente claros de que no hay espacio para ella en ninguna de sus formas. Lo único que genera es desconfianza y además está demostrado que genera más pobreza. Desde ese punto de vista, tenemos que ser tremendamente cuidadosos de entender el problema de una manera más global y alertar a todos los espacios de la sociedad para detenerla”.
Finalmente, es consultado “¿cómo describiría la fe actual de los chilenos?” a lo que señala: “Es emocionante ver a tantos feligreses de todos los espectros de la sociedad con la mirada puesta en Jesucristo. Vamos a fortalecer la fe de los chilenos, esa es nuestra primera tarea como arzobispado. Creemos que la fe ilumina nuestra vida y le da sentido y, sobre todo, da esperanza. La fe no nos aleja de la realidad, al contrario, nos da un punto de vista más amplio para que en conjunto con la razón nos permitan actuar siempre con un sentido de mirada y un respeto irrestricto a la dignidad del ser humano. Seguiremos anunciando el Evangelio con sencillez de corazón y seguiremos invitando a las personas que están alejadas a que vuelvan a su casa, porque solamente en Jesucristo podemos encontrar el verdadero sentido a nuestra vida”.