“Que el día del sepelio se publique un libro que me pone de vuelta y media, contando cosas que no son verdad, es muy triste”. Esta es una de la reflexiones que el Papa Francisco comparte, en referencia al secretario personal del Papa emérito fallecido, Georg Gänswein, en el libro ‘El sucesor. Mis recuerdos de Benedicto XVI’ (Planeta), un extensa entrevista con el vaticanista del diario ABC, Javier Martínez-Brocal, que publica la editorial Planeta.
Aunque evita citarle directamente al hablar de la autobiografía que el arzobispo alemán publicó en enero de 2023 y se percibe que el pontífice argentino se reserva detalles sobre su proceder, no evita contestar a las preguntas que le formula el periodista español. En concreto, Francisco admite cómo “me dolió que se usara a Benedicto”. “El libro salió publicado el día del entierro, eso lo viví como una falta de nobleza y de humanidad”, deja caer el Papa sin nombrar a Ganswëin.
En el libro, también se aborda la polémica sobre el controvertido libro a ‘cuatro manos’ con el cardenal Sarah y la selección de visitas que recibía Ratzinger en su residencia. “En algunos casos, ciertas personas se aprovecharon, quizá sin mala intención, y limitaron sus movimientos. Lamentablemente de alguna manera lo fueron cercando”, sostiene el Papa. En otro momento llega a decir que “tenían al Benedicto casi ‘bajo custodia’. Entiéndame, no digo preso o encerrado, pero sí algo ‘custodiado’”.
Es más, Francisco recuerda un episodio nada agradable, después de que uno de los enfermeros de Benedicto XVI le avisara de que la salud del Papa emérito había empeorado, apenas unos días antes de su muerte, y acudió rápidamente a visitarlo. “Yo estaba saliendo, me acompañaba allí uno de los enfermeros, y uno de los médicos que estaba en el monasterio le dijo: ‘Tu sei uno spione’, ‘Eres un chivato’, acusándolo en tono despectivo. Esto que cuento es histórico”, afirma el Papa actual.
Sobre los funerales de Benedicto XVI, Francisco se desmarca de la organización, apuntando que “ahí había una aduana muy grande, yo nunca me enteré de nada. Le dejé hacer al secretario”. “Él siguió el protocolo fúnebre que entonces estaba vigente. Pero le confío una cosa, va a ser el último velatorio hecho así, con el cadáver del papa expuesto fuera del ataúd, en un catafalco. He hablado con el maestro de ceremonias y hemos eliminado eso y muchas otras cosas”, aclara Francisco a Martínez-Brocal.