La Pascua ha comenzado en un Perú convulsionado. El 1.º de abril los ministros del Interior, Educación y la Mujer renunciaron tras el escándalo por los Rólex de la actual presidenta de la República, Dina Boluarte a quien se le ha abierto una investigación por enriquecimiento ilícito.
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Los obispos han expresado su preocupación por la actual crisis, por ello, en medio de las celebraciones de pascua han invitado a los peruanos a “reflexionar seriamente sobre los valores fundamentales que sustentan nuestra sociedad, que nos iluminen a encontrar el verdadero camino en la búsqueda de la verdad”.
Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo y presidente del Episcopado, ha pedido a los poderes del Estado, fuerzas políticas y órganos de justicia mantener la concordia y respetar las leyes de la nación.
Sobre todo “a establecer puentes de colaboración, diálogo sincero, trabajo coordinado y articulado entre las diferentes instancias del gobierno”.
Primero Perú
Cabrejos y sus hermanos obispos señalaron que “primero está Perú” por encima de cualquier apetencia política o partidista y, sobre todo velar por la independencia, balance y equilibrio de poderes para “el fortalecimiento de nuestra democracia, la gobernabilidad y estabilidad política y social de nuestra patria”.
Han pedido mayor “responsabilidad y corresponsabilidad como peruanos” y así encontrar solución a los conflictos “sin apasionamientos, con apego a la legalidad, al respeto a las personas, al debido procedimiento y a las garantías constitucionales”.
“Sólo con la verdad y la justicia se fortalece la democracia y se construye un Perú cada vez más unido y con esperanza, buscando el bienestar de todos”, apuntaron.
Foto: EFE