El número de esta semana de la revista italiana ‘Maria con te’, editada por el grupo San Paolo, publica una carta inédita del rey Alfonso XIII a san Pío de Pietrelcina, reconocido, entre otras muchas cosas, por la creación de un gran hospital. En esta misiva el monarca pide al conocido fraile capuchino la curación de tres de sus seis hijos aquejados de enfermedades como la hemofilia y la sordera. La plegaria de intercesión del padre Pío, de haberse producido, produjo efectos un tanto irregulares en los vástagos.
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Intervención divina
En concreto el bisabuelo de Felipe VI escribe al fraile del sur de Italia: “¡Reverendo Padre! Habiendo llegado a saber que vuestras oraciones son escuchadas por el Altísimo y que en varias ocasiones habéis obtenido la curación completa de enfermos declarados incurables y de otros que por su grave estado de salud sólo la intervención divina podía sanar, me permito dirigiros, Padre, mi súplica”. La carta está fechada en Madrid el 3 de marzo de 1923, por lo tanto antes del exilio del monarca a Roma. Sobre una posible curación, el hijo mayor, Alfonso, murió por las heridas de un accidente de tráfico –agravadas por la hemofilia– en 1938; Jaime, que quedó sordo en una operación a los cuatro años, falleció a los 66 años en 1975; y Gonzalo, el pequeños de los hijos legítimos, también hemofílico, murió en 1934 a los 20 años.
Esta carta fue descubierta en 1977 por el sacerdote Gerardo di Flumeni. Casi con toda seguridad, se lee en el semanario, esta carta confidencial del soberano fue llevada al monasterio por una persona de confianza y entregada “en sus propias manos” al padre Pío. Más allá del documento histórico, en el artículo de Luciano Regolo se conecta este hecho con algunos aspectos de la devoción mariana de la princesa de Asturias, Leonor de Borbón, que, destaca el medio, es una de las cinco princesas de Europa destinadas a convertirse en soberanas de sus países. Todo porque la futura reina visitó durante su estancia castrense en Zaragoza la basílica de la Virgen del Pilar, algo que la revista lleva a su portada con un montaje de Doña Leonor.