Después del comunicado en vídeo de Kate Middleton, su suegro, Carlos III, reapareció el pasado domingo para asistir a la misa de Pascua. El rey de Inglaterra acudía así a su primer acto público desde que anunciara que padecía cáncer, momento que ha sido muy celebrado por sus compatriotas. Para analizar todo lo sucedido este mes, hablamos con Concha Calleja, quien lleva casi treinta años dedicada a cubrir la información sobre la familia real británica, amén de haber escrito, entre más de una veintena de libros, el mítico ‘Diana, réquiem por una mentira’ (Arcopress).
PREGUNTA.- Por fin hemos visto a Carlos III…
RESPUESTA.- El Rey ha acudido a la misa de Pascua por su propia voluntad y desoyendo las recomendaciones médicas. Es importante destacar que, debido al tratamiento de inmunodepresión al que está sometido, los médicos le aconsejaron el aislamiento. Es evidente que ha realizado un gran esfuerzo para estar presente en la celebración.
P.- ¿Podrá reincorporarse pronto a sus deberes como monarca?
R.- Que haya aparecido el domingo de Pascua no quiere decir que vaya a regresar a los actos públicos. Fue un día excepcional, en una jornada grande para ellos. Una vez en el interior de la iglesia, el hijo de Isabel II se sentó junto a su esposa, la reina Camila, pero alejados ambos del resto de los miembros de la familia que los han acompañado debido al riesgo de cualquier posible infección. Después, tienen la tradición de comer todos juntos, pero esta vez no pudo ser por las recomendaciones médicas.
P.- ¿Por tanto, ya no tendrá que hacer un videocomunicado como el de su nuera, como pedían muchos medios?
R.- Esto ya ha sido “una prueba de vida”. Además, piensa que la jerarquía en la casa real se respeta muchísimo. Seguiremos sin saber oficialmente qué cáncer tiene o qué tratamiento está recibiendo. No obstante, va actualizando un poco más su estado de salud ante su pueblo. (…)
P.- ¿Son Kate y Guillermo creyentes?
R.- Son anglicanos, y sé que Kate es muy creyente. Siempre podemos verla con su cruz y posiblemente se ayude de la fe durante este duro trance. La mayor parte de los miembros de la casa real lo son, aunque tampoco puede trascender otra cosa, porque el rey es el jefe de la Iglesia anglicana y Guillermo lo será algún día.