En este segundo Domingo de Pascua –rebautizado por Juan Pablo II como ‘Domingo de la Divina Misericordia’–, el papa Francisco ha rezado el Regina Caeli con los fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro. En esta oración mariana pascual, el pontífice recordó a las personas que han sufrido un accidente en Sudáfrica y también se sumó a la “Jornada internacional del deporte por el desarrollo y la paz” e invitó a todos a “promover un deporte que promueva la amistad social y la fraternidad”. También rezó por una “paz duradera” en Ucrania, palestina e Israel para quienes deseo que todos se dispongan a “negociar”.
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Maneras de vivir
Comentando el tradicional evangelio de este domingo, la aparición a Tomás del Resucitado (cf. Jn 20, 9-31), Francisco destacó que “todos queremos tener vida, pero hay varias maneras de hacerlo”. Por ello, lamentó que “hay quienes reducen la existencia a una carrera frenética por disfrutar y poseer muchas cosas: comer y beber, divertirse, acumular dinero y cosas, experimentar emociones nuevas y fuertes, etcétera” algo que “que a primera vista parece agradable, pero que no sacia el corazón”.
“Seguir los caminos del placer y el poder no conduce a la felicidad. Quedan sin respuesta tantos aspectos de la existencia, como el amor, las inevitables experiencias del dolor, la limitación y la muerte. Y queda sin cumplir el sueño que nos une a todos: la esperanza de vivir para siempre, de ser amados sin fin”, añadió el Papa.
Canales de misericordia
Ante esto, el pontífice propuso la “plenitud de vida” que está en Jesús. Para ello propuso el ejemplo de los discípulos que están “atravesando el momento más trágico de su vida” con la Pasión hasta que “el Resucitado se acerca a ellos y les muestra primero sus heridas” que “eran los signos del sufrimiento y del dolor, podían suscitar sentimientos de culpa”; pero que, añadió, “se convierten en los canales de la misericordia y del perdón”. “Los discípulos ven y palpan que con Jesús la vida vence, la muerte y el pecado son derrotados”, reclamó.
Para “tener vida cada día”, Bergoglio recomendó que “basta con fijar la mirada en Jesús crucificado y resucitado, encontrarlo en los Sacramentos y en la oración, reconocerlo presente, creer en Él, dejarse tocar por su gracia y guiados por su ejemplo, experimentar la alegría de amar como Él. Todo encuentro vivo con Jesús nos permite tener más vida. Buscar a Jesús, dejarse encontrar, abrir el corazón a Jesús…”, instó. Por ello pidió a María que ayude a todos a “tener cada vez más fe en Jesús resucitado para ‘tener vida’ y contagiar la alegría de la Pascua”.