Hoy 8 de abril de 2024 al mediodía se ha dado a conocer públicamente ‘Dignitas infinita’ -dignidad infinita-, un documento emanado del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que cuenta con el visto bueno del Papa Francisco, en el que se clarifica la posición de la Iglesia en defensa de lo que considera ‘dignidad humana’.
Así, junto la conocida defensa de la vida frente al aborto o la eutanasia, el Vaticano subraya otras amenazas como la maternidad subrogada, los feminicidios y la violencia digital. Además, el documento se adentra en el espinoso asunto de la sexualidad. Así, dedica dos epígrafes dedicados a la teoría de género y al cambio de sexo.
Por un lado, Santa Sede apuesta en su traducción al español por el término ‘teoría de género’, traducción literal del inglés (‘gender theory’), frente a la expresión ‘ideología de género’. Más allá de ese matiz léxico, el documento elaborado por el prefecto para la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, arranca con una petición de respeto a toda persona “independientemente de su tendencia sexual”, remitiéndose a la exhortación apostólica Amoris Laetitia del Papa Francisco. A la par, se subraya que “hay que denunciar como contrario a la dignidad humana que en algunos lugares se encarcele, torture e incluso prive del bien de la vida, a no pocas personas, únicamente por su orientación sexual”.
“Debe rechazarse todo intento de ocultar la referencia a la evidente diferencia sexual entre hombres y mujeres”, se sentencia sin margen de dudas en ‘Dignitas infinita’ al condenar los “nuevos derechos” vinculados a la “diferencia sexual”. Para ello, de nuevo se echa mano de Amoris Laetitia para recordar que “no podemos separar lo que es masculino y femenino de la obra creada por Dios”. “Sólo cuando cada persona humana puede reconocer y aceptar esta diferencia en reciprocidad es capaz de descubrirse plenamente a sí misma, su dignidad y su identidad”, se apostilla justo después.
Desde un punto de visa teológico, se recuerda que la vida debe acogerse con “todos sus componentes físicos y espirituales”. “Querer disponer de sí mismo, como prescribe la teoría de género”, se apunta en el documento, implica “ceder a la vieja tentación de que el ser humano se convierta en Dios”.
Tras analizar la teoría de género y, estrechamente unida a ella, ‘Dignitas infinita’ se opone al cambio de sexo “por regla general”. En concreto, subraya que “ toda operación de cambio de sexo, por regla general, corre el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción”. Tan solo deja caer que “esto no significa que se excluya la posibilidad que una persona afectada por anomalías genitales, que ya son evidentes al nacer o que se desarrollan posteriormente, pueda optar por recibir asistencia médica con el objetivo de resolver esas anomalías”. “En este caso, la operación no constituiría un cambio de sexo en el sentido que aquí se entiende”, aclara.
Para fundamentar este posicionamiento, el prefecto se remite al Catecismo para afirmar que “el ser humano está inseparablemente compuesto de cuerpo y alma” y que “la dignidad del cuerpo no puede considerarse inferior a la de la persona como tal”.