El presidente de los obispos respalda la “impresionante” iniciativa legislativa para regularizar a medio millón de migrantes

“Es hora de superar una polarización provocada por intereses politiqueros”, entona el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, en la antesala de que el Congreso decida mañana si se admite a trámite

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, respalda sin fisuras la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que busca una regularización extraordinaria de 500.000 extranjeros. Es más, el arzobispo de Valladolid califica de “impresionante” esta propuesta que contribuye a “la regeneración de nuestra democracia”. “Un primer paso de salud ética y democrática es admitir a trámite el debate de la IPL”, recalca sobre un proyecto promovido por 800 ONG, entre ellas entidades eclesiales, que fue registrada en la pasada legislatura y que mañana el Congreso de los Diputados decidirá si se admite a trámite.



A través de un comunicado difundido en redes sociales, el presidente de los obispos no duda en ser altavoz de presión a los diputados, al exponer que “es hora de superar una polarización provocada por intereses politiqueros y abordar conjuntamente cuestiones nucleares para el bien común”. Desde ahí, reclama “el diálogo y el pacto” como vía para asegurar el respeto a la dignidad humana.

Nacer normal en el Estado

“Regularizar es nacer normal en el Estado lo que ya es normal, aunque con las limitaciones de la ilegalidad, en nuestra sociedad”, defiende, a la vez que denuncia cómo ese medio millón de migrantes sin regularizar “malviven entre nosotros” mientras “trabajan y participan de nuestra sociedad”.  Para Argüello, la regularización plantea “una cuestión ética basada en la dignidad sagrada de toda vida humana, imprescindible para que el Estado no se reduzca a una ‘banda de ladrones’”.

Con este punto de partida, el presidente de la Conferencia Episcopal hace un llamamiento a la ciudadanía para abordar la cuestión migratoria como “signo del mundo global” en su conjunto desde un punto de vista transversal. Así, invita a analizar las causas económicas y políticas, denuncia el fenómeno de las mafias. En este sentido, Argüello cuestiona la “involuntaria colaboración con sus objetivos criminales de muchas de las organizaciones ‘compasivas’, también las de la Iglesia”.

Respuesta internacional

Además, el arzobispo de Valladolid hace suyo el planteamiento de Francisco de acoger, acompañar, promover a integrar desde una “necesaria regulación de los flujos”, lo que exige “una respuesta internacional para todos”.

De la misma manera, da un tirón de orejas al reflexionar sobre la cuestión demográfica: “Europa rechaza a inmigrantes y aprueba el aborto como derecho humano”. Argüello considera que ambas decisiones suponen un “desprecio a la dignidad humana” con un doble rasero por el que los migrantes son “reclamados y rechazados”.

En definitiva, comparte cómo “cuestionar las corrientes culturales y políticas que dominan en el globalismo actual que utiliza los flujos migratorios y las políticas de salud reproductiva al servicio de un capitalismo moralista y uniformador que juega con los reemplazos poblacionales como forma salvaje de biopolítica”.

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