Los obispos de la Subcomisión episcopal para la Familia invitan en su mensaje a recibir y cuidar el don de Dios
Las peculiaridades litúrgicas de este año, con una Semana Santa tan adelantada, hacen que la fiesta de la Anunciación –y por lo tanto la ‘Jornada por la Vida’ a ella asociada– se traslade del 25 de marzo habitual a este lunes, 8 de abril. Con. El lema ‘La vida, buena noticia’ ha sido el elegido para esta ocasión y los obispos de la subcomisión episcopal para la Familia y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española han publicado su mensaje de rigor.
El texto está firmado por José Mazuelos, obispo de Canarias y presidente de la subcomisión; Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón; Santos Montoya, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño; y los eméritos Francisco Gil Hellín y Juan Antonio Reig Pla. En el proponen que “la vida siempre es una buena noticia y así debe ser recibida y valorada y cuidada, desde su concepciónhasta su muerte natural”. Por ello, reivindican, que “que la vida es un don de Dios, no un derecho absoluto a la libre disposicióndel criterio humano”; ahora bien, precisan, “el regalo es algo que se me da para que disponga de ello como quiera, mientras que eldon implica una tarea, una responsabilidad”.
Además, destacan los obispos, “el hecho de que la vida sea un don y una buena noticia nos invita a acogerla siempre, incondicionalmente” por lo que, reclaman, “hay que ayudar a las madres que reciben esta noticia de manera esperada o inesperada para que puedan descubrir que la vida que llevan en su seno realmente es una buena nueva”. Esta “valoración positiva de lamaternidad”, insisten, “debe implicar ayudas efectivas integrales (no solo económicas) para que, por una parte, las madres que afrontan un embarazo inesperado puedan seguir gestando a su hijo sin apuros y, por otra, para que las familias puedan plantearse libre y responsablemente la posibilidad de concebir un nuevo hijo (más aún en la situación de invierno demográfico que padecemos)”. Más allá de esto, recuerdan que “no hay un derecho absoluto a tener un hijo” pero que “hay que acompañar a las parejas que tienen unfuerte deseo de ser padres, pero experimentan dificultades para concebir” dentro de los límites éticos sin recurrir “de manera artificial la fecundación” como los vientres del alquiler.
Esta jornada también reclama el cuidado de la vida “en las situaciones de fragilidad”. En este sentido, los obispos denuncian “la trata de personas y la esclavitud moderna porque son claras violaciones de la dignidad humana” por ello piden “paliar las situaciones de pobreza extrema, porque son muchos los que no tienen acceso a recursos básicos como alimentos, agua potable, atención médica y vivienda digna; debemos revisar nuestras actitudes hacia las personas migrantes, evitando el desinterés y losprejuicios; hay que evitar que haya personas en condiciones de trabajo inhumanas, con salarios injustos y falta de derechos laborales básicos, lo que priva a los trabajadores de su dignidad al tratarlos como meros instrumentos de producción en lugar de seres humanos con necesidades y aspiraciones legítimas”.
Mirando a “la ancianidad y la enfermedad terminal” apoyan el cuidado a acompañamiento de las familias por lo que piden “apoyar efectivamente a las familias para que puedan atender a sus mayores”. Y es que, la fe nos dice que “no estamos destinados auna vida limitada por el tiempo y las circunstancias terrenales, sino que somos llamados a una comunión eterna con nuestro creador”.