El capítulo de la provincia de España ha reelegido a Pedro Aliaga como ministro para el próximo trienio
Contagiar el carisma a los laicos y dialogar con el mundo de hoy desde las raíces de la familia fundada por san Juan de Mata. Estos han sido dos de los ejes principales que ha vertebrado el capítulo provincial de los religiosos trinitarios de España que se ha celebrado la primera semana de abril en la localidad madrileña de El Pardo.
Bajo el lema ‘Edificaré mi casa sobre roca’, tomado del Evangelio de Mateo, los capitulares de la llamada Provincia del Espíritu Santo se han adentrado en las raíces de la fraternidad y de la vida consagrada. Además, han reelegido al padre Pedro Aliaga Asensio como ministro provincial para el trienio 2024-2027 y se ha renovado el equipo que le acompañará en aterrizar las líneas generales adoptadas en esta particular ‘cumbre’ trinitaria.
En concreto, el documento capitular aprobado giran en torno a cinco ejes, tal y como exponen desde la Orden a través de un comunicado: “Calidad de vida, fidelidad a la misión, impulsar la misión compartida, impulsar la pastoral juvenil y vocacional y una gestión económica desde criterios evangélicos y carismáticos”.
Así, en el capítulo se ha acordado dar “pasos más decididos en asegurar la presencia en el campo de los cristianos perseguidos, de la pastoral penitenciaria y de las obras de promoción social de los más excluidos de nuestra sociedad”.
Tras la iluminación del franciscano capuchino Antxon Amunarriz Urrutia que marcó el desarrollo de las sesiones capitulares, se abordó la necesidad de revitalizar la provincia desde el refuerzo de la identidad y fidelidad vocacional, la cultura del cuidado y el acompañamiento, así como la corresponsabilidad en el proyecto común.
“Para ello se dará prioridad a la construcción de comunidades como espacios de fraternidad, vocación y misión”, aseguran los trinitarios, desde el convencimiento de que “la vida en comunidad y la misión vayan de la mano y de forma equilibrada”.
Como reflejo de la apuesta de los trinitarios por la misión compartida, cuatro miembros de la Familia Trinitaria han participado en el capítulo. En esta misma línea, según el comunicado facilitado, se ha podido constatar “con alegría que las obras donde los laicos han asumido responsabilidades reales, éstas se han renovado e impulsado”. “La misión compartida es un signo del Espíritu que, a pesar de sus dificultades, nos está impulsando a reforzar cada vez más los órganos de corresponsabilidad y a compartir funciones con los laicos con los que compartimos misión”, subrayan desde la orden.