El pontífice ha recibido a los obispos auxiliares y ha comunicado que “se tomará un tiempo para hacer un sano discernimiento sobre la figura” del nuevo vicario tras el nombramiento de Angelo De Donatis como penitenciario mayor
El nombramiento, el pasado sábado 6 de abril, del cardenal Angelo de Donatis como penitenciario mayor hacía que las miradas se dirigiesen a San Juan de Letrán, catedral y casa del Vicario del Papa para la diócesis de Roma. Una audiencia de Francisco al Consejo Episcopal de la diócesis de Roma ha confirmado que el cardenal no compatibilizará ambos cargos.
En una nota de agradecimiento, el cardenal señalaba que la “plenitud de la madurez cristiana” reside en la “medida de la obediencia y del abandono del Hijo a la voluntad del Padre”. De Donatis agradeció al Papa “por la confianza que ha depositado en mí durante estos nueve años de episcopado al servicio de la Iglesia de Roma. Me pidió que colaborara con él en el servicio a su tesoro más precioso, su Esposa, me eligió y vino a imponerme las manos para ordenarme obispo el día de la dedicación de la catedral de Letrán, el 9 de noviembre de 2015”, señaló.
Ahora, el Vaticano ha confirmado que con el nombramiento de Donatis como penitenciario este parece que ya se puede trasladar a la Cancillería y la diócesis de la que el Papa es el obispo comienza un periodo de ‘vacante’ en el que las funciones y competencias, incluidas las de representación legal, serán ejercidas por el vicegerente, uno de los obispos auxiliares, Baldassare Reina. A través de un comunicado el propio Vicariato ha explicado que “debido a la delicadeza del cargo de cardenal vicario, el papa Francisco ha comunicado a los obispos, sus estrechos colaboradores, que se tomará un tiempo para hacer un sano discernimiento sobre la figura de la persona que desempeñará este papel”.
El método es diferente al nombramiento del hasta ahora Vicario en 2017 cuando Francisco lo eligió entre el equipo de obispos auxiliares romanos, frente a la tradición de elegir a un cardenal ya creado. A diferencia de lo sucedido entontes ahora, señalan en el Vicariato, se abre una “fase de transición”, por lo que el Papa “animó a los obispos a continuar el ministerio pastoral y las actividades administrativas ya iniciadas”. Siguiendo la normativa específica de esta diócesis, actualizada en enero de 2023, “mientras esté vacante el cargo de Cardenal Vicario, todas sus funciones y competencias, incluidas las de representación legal, serán ejercidas por el Vicegerente Baldassare Reina”. Reina, de 53 años, es siciliano y obispo auxiliar desde mayo de 2022. Junto a él forman parte del Consejo Episcopal los también auxiliares de Roma Daniele Libanori –nombrado también este sábado como asesor del Santo Padre para la Vida Consagrada–, Paolo Ricciardi, Dario Gervasi, Benoni Ambăruş, Riccardo Lamba, Daniele Salera y Michele Di Tolve.
Los nombramientos del sábado hicieron pensar enseguida en la tensión suscitada entre el cardenal Angelo de Donatis y el obispo y jesuita Daniele Libanori. Libanori, de 70 años, es uno de los obispos auxiliares desde 2017. Este jesuita ha ocupado páginas de los medios religiosos por su papel en la investigación desde 2021 de los abusos del exjesuita y artista Marko Ivan Rupnik, de hecho se mostró crítico con el silencio de la diócesis hasta en dos cartas escritas antes del primer comunicado oficial del Vicariato a los sacerdotes de su zona (el sector centro de la Ciudad Eterna). También fue el comisario de la Comunidad de Loyola, donde se produjeron algunos de los abusos. Donatis por su parte es quien ha tenido que velar por el Centro Aletti fundado por Rupnik –al que encargó la renovada capilla del Seminario Romano Mayor–, tarea en la que ha recibido repetidas críticas.