El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española publica una carta pastoral de Pascua en la que reivindica que la sinodalidad “no es una moda teológica, sino un modo de ser Iglesia”
El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, quiere “hacer discípulos no como una conquista, sino como un servicio respetuoso”. Es el reto que lanza a los católicos de Madrid una carta pastoral titulada ‘La Pascua de los discípulos’, que se ha dado a conocer este mediodía.
El texto ahonda en tres ejes fundamentales: la participación del laicado, la búsqueda de la comunión para construir la sinodalidad y dar pasos hacia adelante en la evangelización. “La Pascua nos convoca al hoy de la Resurrección, a ser testigos de su paso en nuestras vidas y comunidades”, sentencia el cardenal.
Para Cobo, “los laicos son llamados a vivir su fe en medio de las realidades temporales, como son la familia, el trabajo, la política, la cultura y la sociedad en general”. “Su papel es fundamental para la evangelización y la transformación de las estructuras sociales a la luz del Evangelio”, concreta el cardenal, que reivindica la formación como “un desafío pastoral de primer orden diocesanamente”
En su deseo de huir “del llamado clericalismo que tanto ha subrayado el Papa Francisco”, el cardenal considera de que los seglares están llamado a impulsar “nuestra audacia y creatividad para servir a los pobres”.
En relación a la sinodalidad, el también vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, subraya que “no es una moda teológica, sino un modo de ser Iglesia que tiene que ver con rasgos identitarios básicos como comunión, participación y misión”. “Si esto ocurre, perderá toda su fuerza renovadora y conseguiremos etiquetar como sinodal a cualquier cosa de las que ya estamos haciendo”, alerta a los católicos madrileños.
Por eso, apunta como hoja de ruta para la Iglesia de Madrid la necesidad de “generar e impulsar comunidades vivas y familiares, espacios de acogida y escucha, hogares en medio de la vida diaria que saben que su centro no es la ideología ni el querer evadirse de la realidad, sino la experiencia de Cristo”. Con esta premisa, el cardenal sueña con una “verdadera comunión” entre los católicos con “el deseo de complementarse, de dialogar, de crecer en diversidad”.
A la par, Cobo reivindica “diversos liderazgos, un reparto de servicios y responsabilidades entre los que se encuentra la toma de decisiones”. “Por eso hoy resulta imprescindible revitalizar los órganos de toma de decisiones, los consejos y los espacios de diálogo y discernimiento”, anuncia el cardenal.
Además de estas indicaciones, el arzobispo de Madrid lanza algunas preguntas interpelantes que, en palabras del purpurado, busca “compartir en nuestras comunidades y en los órganos sinodales que estamos impulsando como consejos, coordinadoras de pastoral o delegaciones”. Entre ellas, pregunta: “¿Cuáles son los grupos o personas del barrio o a mi alrededor más necesitados del anuncio de la Buena Noticia de Jesús?”, “¿Cómo acogemos y seguimos la tensión en que toda la Iglesia vive este momento sinodal?”, “¿Qué podemos hacer en la parroquia o en la comunidad para ahondar en el sentido y en la identidad del laicado?”.