La Conferencia Episcopal Española (CEE), la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Obras Misionales Pontificias (OMP) y la Conferencia Española de Institutos Seculares (CEDIS) han presentado hoy la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas que se celebran el 21 de abril, domingo del Buen Pastor y cuarto de Pascua, con el lema ‘Hágase tu voluntad. Todos discípulos, todos misioneros’.
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La Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones invita a los jóvenes a interrogarse sobre su vocación y a la comunidad cristiana, a acompañar y rezar por ellas. Mientras, la Jornada de Vocaciones Nativas busca sostener las vocaciones de especial consagración que surgen en los territorios de misión, para que ninguna de ellas se quede frustrada por falta de recursos.
La vocación, “en sentido amplio”
Durante la rueda de prensa de presentación, Luis Manuel Romero, coordinador del Servicio de Pastoral Vocacional de la CEE, ha dejado claro que el 21 de abril “rezamos por la vocación, por todas las vocaciones, no solo por las de especial consagración”, pues el fin de estas jornadas es “concienciar de la importancia de la vocación en sentido amplio: que todos nos planteemos qué quiere el Señor de nosotros”.
En este mismo sentido, el sacerdote ha hecho hincapié en que “las vocaciones nunca son rivales, sino complementarias”.
Por su parte, Nicéforo Obama Eyene, sacerdote diocesano de Ebibeyín (Guinea Ecuatorial), ha relatado cómo nació su vocación gracias a la entrega de las Carmelitas de la Caridad Vedruna.
“Estas religiosas estaban en mi país siendo todas españolas. A mí me sorprendió su entrega. ¿Por qué lo hacían? Esto me fue creando una inquietud y, cuando avanzaba en mi formación primaria, encontré que Jesús era el que daba sentido a la vida y era quien tenía las respuestas a las grandes preguntas. Y, por eso, hoy soy sacerdote”, después de ingresar en el Seminario Menor San Pablo VI y luego en el Interdiocesano, siendo ordenado en 2014.
Vocación laical
Por otro lado, Daniel Díaz-Rincón, responsable del sector de jóvenes de la Acción Católica General, ha dado testimonio de su vocación laical. “Mis primeros referentes en la Iglesia han sido mi padre y mi abuelo. Yo me quería parecer a ellos a nivel eclesial y familiar”, ha señalado.
Por ello, a los 15 años comenzó en su grupo de vida en su parroquia siguiendo el itinerario de Acción Católica para preguntarse qué quería el Señor de él. Hoy, a sus 28 años, siguen caminando juntos.
“Cuando terminé mi carrera empecé a trabajar. Aquí empiezo a entender de forma madura qué significa la acción laical. En paralelo conozco a mi novia y comienzo a crecer como discípulo misionero en el ambiente en el que estoy. Hace año y medio la Acción Católica me hace la propuesta de ser responsable de jóvenes y yo veo que me siento llamado a eso y dejo mi trabajo”, ha compartido.
Por último, Ana Cristina Ocaña, laica consagrada del instituto secular Servi Trinitatis, ha compartido cómo se materializa una vocación a la que se sintió llamada hace 24 años.
“Las laicas consagradas somos 100% laicas y 100% consagradas; alguno podría decir que sería 50-50, pero las matemáticas de Dios no son así”, ha subrayado.