“El cuidado debe tener un valor político, tenemos que convertirlo en el eje de la acción de gobierno, en el motor de las políticas públicas”. Es la principal reivindicación lanzada por José Ramón Amor Pan en la jornada ‘Ciudades que cuidan, ciudades compasivas’, celebradas esta semana en A Coruña. El evento, organizado por el Arzobispado de Santiago de Compostela y el Colegio Oficial de Médicos de A Coruña, responde al empeño del arzobispo compostelano, Francisco Prieto, de establecer sinergias eclesiales con plataformas pertenecientes a diversas áreas en aras de la cultura del encuentro auspiciada por el papa Francisco.
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Para el coordinador del Observatorio de Bioética y Ciencia de la Fundación Pablo VI, urge poner en marcha, entre otras medidas, “una ley de cuidados paliativos, una financiación suficiente, fortalecer la atención primaria, mejorar los salarios de los profesionales que trabajan en nuestras residencias de ancianos, centros de día y ayuda a domicilio”. “Y, sobre todo, -continuó Amor Pan-, necesitamos un gran compromiso social, un gran pacto social, dado que la atención adecuada a las personas en situación de especial fragilidad y vulnerabilidad es una responsabilidad compartida.
Cambio de época
Sabedor de que estamos “en un cambio de época”, el especialista en bioética hizo un llamamiento para pensar “cómo queremos que sean nuestras ciudades para que las necesidades de todas las personas sean debidamente atendidas, de tal modo que no haya ciudadanos de tercera categoría”.
Amor Pan fue uno de los ponentes de una jornada en la que también tomaron la palabra el propio arzobispo de Santiago, el presidente del Colegio de Médicos de A Coruña, Luciano Vidán Martínez, además de varios médicos de la talla de Montse Pérez García, Fernando Lamelo y Elia Martínez.