Los Premios SM 2024 ya tienen ‘dueños’. Pedro Caldas, como vencedor del Premio El Barco de Vapor, por ‘La leyenda del samurái y la mariposa azul’; y David Lozano, merecedor del Gran Angular 2024, por ‘Intruso’. Los dos autores recibirán 35.000 euros cada uno, la mayor cuantía de un galardón en literatura infantil y juvenil de habla hispana. Esta apuesta por la lectura de los más jóvenes es fruto del empeño de la Fundación SM, que desde hace más de 45 años tiene como prioridad esta fuente de aprendizaje y de transmisión de valores desde la calidad y el entretenimiento.
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Los dos libros tienen en común la apuesta por la aventura sin tabúes, por personajes que son capaces de trascender de su realidad concreta para dar un salto de madurez desde el conflicto, generando un debate constructivo ajeno a perspectivas maniqueas. Y sobre todo, una llamada a no quedarse en la superficie, en no prejuzgar, en resituarse ante situaciones extremas.
El valor de la belleza
“La obra surge gracias a mi hijo, paseando por Málaga, en un hotel que se llama Mariposa había un guerrero con una coraza. El contraste entre la fragilidad de la mariposa y la fortaleza del guerrero fue el punto de partida de la novela”, planteó Caldas en relación a una trama que habla de la relación entre un samurái y una niña. Sobre el sentido de su relato, el creador andaluz subraya, sobre ‘La leyenda del samurái y la mariposa azul’, que “a veces pensamos que estamos aquí de ‘prestao’ y no nos paramos ni a respirar. Necesitamos pararnos para valorar, prestar atención a nuestro alrededor, para valorar la atenta belleza de lo que nos rodea y de quienes nos rodean”.
Caldas reconoce que “es precipitado decir que este premio haya cambiado mi vida, porque en realidad depende de mí y de cómo lo gestione, pero lo cierto es que está siendo una sensación maravillosa, en tanto que implica un reconocimiento que hasta ahora no había tenido“.
Una decisión valiente
Por su parte, Lozano, que ya es su segundo Gran Angular, recordó su trayectoria en el género de las novelas de crímenes, que en esta ocasión traslada al universo adolescente, con una perspectiva original desde el punto de vista de los narradores. “Para este relato necesitaba una intimidad más personal, quería ofrecer la perspectiva de Joel, el joven asesinado. El pistoletazo de salida es ese”, confiesa el autor.
Uno de los elementos nada baladí en la novela entra también en la problemática de las redes sociales. “El exhibicionismo que provocan las redes sociales es brutal y muchos de los problemas que se generan en el entorno de nuestros adolescentes, la falta de autoestima o el postureo, se encuentran ahí”, expone Lozano. El escritor considera que la fugacidad informativa del universo digital está provocando que “todos juzguemos sin tener los datos suficientes, o incluso desde ‘fake news’, y eso se deja entrever en la novela”. A partir de ahí, el autor confía en que se genere “un debate entre los jóvenes que la lean”. Además aprecia que “el fallo del jurado ha sido valiente, porque han dado un paso al frente para abordar un tema tan complejo como los delitos cometidos por menores”.
