El primer mandamiento del evangelizador digital: ‘Fratelli tutti’

El primer mandamiento del evangelizador digital: ‘Fratelli tutti’

“El deseo del cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, de acompañar una pastoral que hay que reconocer y que los evangelizadores digitales animen a otros jóvenes a dar testimonio de su fe en las redes sociales”. Con este doble objetivo justificaba la delegada de Jóvenes del Arzobispado de Madrid, Laura Moreno, la celebración el pasado 12 de abril de #ashtagMadrid, el primer Encuentro de Evangelizadores Digitales llevado a cabo por una diócesis española.



Un sueño, un deseo que da la avanzadilla a la Archidiócesis de Madrid en el acompañamiento de una pastoral que apenas da sus primeros pasos, y que se materializó en el espacio O_Lumen de los Dominicos, reuniendo al purpurado con Lucio Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, y casi un centenar de jóvenes que han sentido esa llamada a hablar de su fe en redes sociales para que otros puedan decir: “¡Mirad cómo se aman!”.

Y es que precisamente ese fue el mensaje central del encuentro: la necesidad de amarse los unos a los otros, incluso en un momento –y en un medio– tan polarizado como el actual. Ser, en definitiva, buenos samaritanos, como pedía el Vaticano en el documento Hacia una plena presencia (2023), en el que desgrana el lugar de la Iglesia en el continente digital. Sobre la idea del Buen Samaritano comenzó el evento, con una oración dirigida por la ‘influencer’ y cantautora católica Paola Pablo (@paolapablord), quien se centró en pedir a Dios perdón por esos errores que se cometen cuando, en las redes, no se actúa como un buen samaritano. Siguió el padre Joaquín (@joaquinconp), quien, con sus 57.000 seguidores, lleva “en Instagram desde la prehistoria digital”, bromeaba. Es decir, “antes del Covid”.

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“Cada vez va a ser más importante lo que hacéis los comunicadores digitales”, dijo el sacerdote a los jóvenes allí presentes. “Cada vez hay más gente interesada por el Señor y no va a llamar a nuestro teléfono de la parroquia ni va a mirar tablones parroquiales; la gente busca en el mundo digital, al Señor y todo lo demás”, añadió. Así, después de dividirse en grupos –de los que surgieron varias preguntas que preocupan a estos evangelizadores–, llegó el turno del diálogo entre el cardenal y el secretario del Dicasterio, moderado por Paola Pablo y el también misionero digital Carlos Taracena (@carlos_taracena).

Un momento precioso

“Para definir un evangelizador digital hay que definir también el mundo con el que se relaciona”, apuntó el arzobispo. “Los cristianos, antes que nada, tenemos una realidad que hay que escuchar porque la voz de Dios es una llamada. Una vez que escuchamos la llamada, tengo que responder eclesialmente, como evangelizador”. Por ello, para Cobo, el momento actual es “precioso”, y, “cuando hablamos de evangelizadores digitales, estamos hablando principalmente de misión en un territorio que ya hemos explorado y hay que seguir explorando”. Y es que, según el cardenal, resulta “deslumbrante” que, en una ciudad como Madrid, “haya gente que ha sentido la llamada del Señor para ir a esta misión digital” y llegar al prójimo.

Pero ¿quién es el prójimo? En este sentido, vuelve a aparecer la parábola del Buen Samaritano: “Aunque el lenguaje sea nuevo y la realidad sea distinta y quizás eclesialmente no sabemos todavía cómo abordarla, cuando preguntamos quién es el prójimo, Jesús nos dice que es el que está al borde del camino”, afirmó Cobo. “El Evangelio nos pide escuchar la realidad”, aseveró el arzobispo de Madrid, animando a hacerlo “en el contexto digital con lenguaje digital”. Asimismo, Lucio Ruiz apuntó que todos esos jóvenes que se dedican a evangelizar en las redes sociales cuentan “la experiencia de su encuentro con Jesús porque les quema”. Y es que “no se puede dar lo que uno no ha visto y oído”. Pero, para ello, hay que “usar un lenguaje y dinámicas nuevas”.

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