Carlos Taracena, Paola Pablo, Javier Portela y Paula Vega contestan a estas tres preguntas formuladas por la revista.

  1. ¿Cómo empezaste a hablar de tu fe en redes sociales?
  2. ¿Cómo evangelizar sin hacer proselitismo?
  3. ¿Cómo se puede contribuir, como evangelizador digital, a la comunión?


Carlos Taracena · @carlos_taracena · 31 años

  1. Salí de misión por primera vez hace tres años con Misión Jatari, y empecé a compartir ese contenido por Instagram. Ahí me di cuenta de que la gente tenía ganas de saber qué era servir, qué era eso de la misión. A raíz de eso la cuenta de Instagram empezó a crecer y hasta día de hoy.
  2. Puede ser algo en lo que uno cae pronto cuando entra en un bucle, en un entorno en el que las redes sociales se dedican a compartir con vanidad. En corrientes tan actuales como el materialismo, el individualismo, el hedonismo… es normal caer en errores. El encuentro con Lucio Ruiz y José Cobo, además de precioso, nos ha dado la oportunidad de hablar de la necesidad de volver a la raíz, a la esencia, y esa es la Palabra. Es algo con lo que no se va a poder nunca comercializar. Entonces, cuando uno se equivoque, sienta que se está desviando, que no está terminando de perfilarlo… O, simplemente, que está en una crisis de generar contenido, lo que le hace falta son más horas de oración. Y me consta que mis amigos, antes de preparar material, lo que hacen es orar. Eso lo comparto con mucha de la gente con la que trabajo y, personalmente, me ayuda mucho. Soy pecador, me equivoco, y me siento llamado a rectificar muchas veces.
  3. Antes de dar el paso de evangelizar en las redes, está el vivir en comunidad. Si yo me desvinculo de mi comunidad, de querer generar eso, no voy a poder contar algo en redes que, realmente, no estoy viviendo. Partiría de lo sencillo: buscar esa unión en mi día a día, en mi casa, con mi familia, mis amigos, y en mi comunidad.

 

Paola Pablo · @paolapablord · 29 años

  1. Soy cantautora católica y evangelizadora. En las redes empecé hace unos ocho años. Yo evangelizaba en mi grupo de jóvenes en República Dominicana, que es mi país. Cuando vine a Madrid a estudiar, mis clases eran de noche y no podía ir al grupo de jóvenes. Entonces sentía que me faltaba algo, que necesitaba compartir esto que tengo en mi corazón con alguien. Yo estaba en las redes sociales como cualquier persona y un día se me ocurrió que ese era el lugar para, en lo que encontraba un grupo de jóvenes y acababa las clases, ir viviendo mi misión.
  2. Esto se responde con cómo evangelizar en general, porque la evangelización es muy distinta a querer convertir al otro y caer en el fanatismo. La evangelización es hacer al otro partícipe de lo que tú estás viviendo, con la alegría que eso te produce. Aquí también entra la madurez de cada persona. No entrar en un terreno en el que quieras manipular la libertad del otro. Cada uno tiene su camino que hacer y es importante respetar ese proceso, la cercanía que va adquiriendo el Espíritu en cada persona. Uno no atrae a otro dando bibliazos, sino compartiendo su alegría.
  3. Aquí me voy a la imagen del Buen Samaritano: esa persona que se deja afectar por lo que el otro está viviendo, que va con el corazón y los ojos bien abiertos, está atento y quiere encontrarse con el otro. Va en búsqueda de ese encuentro. Y, para estar abiertos a este encuentro, es vital la oración. El Espíritu Santo no puede faltar en el kit de los evangelizadores digitales. Él es el que nos reúne, nos hace sentirnos necesitados los unos de los otros.

 

Javier Portela  · @portelamusica · 32 años

  1. Soy músico y siempre me he visto como evangelizador a través de la música. Empecé a tomarme más en serio las redes hace algo más de un año.
  2. Lo que hago para intentar permanecer fiel a lo que el Señor me pide, a no volverme un ególatra, a no ser yo el centro, aunque claro que está la soberbia, es intentar volver a la fuente viva. Yo no me he inventado nada, sino que he respondido a una llamada. ¿Me puedo volver autorreferencial? Posiblemente lo haga muchas veces. ¿Cómo vuelvo al Señor? A través de los sacramentos, de la oración, a esos puntos de fidelidad, porque, como decía Lucas: “Quien es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho”. Diariamente, si un día tengo que madrugar muchísimo, me despierto un poco antes para tener ese rato de oración. Y también dejar constantemente que la comunidad me corrija, estar constantemente abierto a la corrección fraterna.
  3. Tenemos que vivir de forma católica. Muchas veces podemos hablar de la polarización de fuera de la Iglesia, pero es que la Iglesia también está polarizada, y a mí eso me genera un dolor brutal. ¿Qué vamos a proponer al mundo si dentro de la propia Iglesia estamos criticándonos los unos a los otros, si no remamos en la misma dirección? Tenemos que hacer experiencia y vivir, verdaderamente, esa unidad dentro de la Iglesia. Es decir, con un encuentro y una intimidad, cada uno, en comunidad, en su experiencia de camino a la santidad y, luego, en sobreabundancia, el resto del mundo verá que la unidad genera atractivo y deseará esa unidad.

 

Paula Vega · @llamameyumi · 28 años

  1. Como cualquier joven, utilizaba las redes para mostrar mi día a día. Si salía de fiesta subía una foto, si me iba de viaje subía otra… Lo que pasa es que, según la fe se fue haciendo más y más importante en mi vida, eso se fue reflejando con la misma naturalidad en las redes. Me fui dando cuenta que a la gente le ayudaba lo que yo compartía, las reflexiones, sobre todo, al estar estudiando Teología siendo tan joven, a la gente le atraía. Eso hizo que la comunidad empezase a crecer y ahí fue cuando fui tomándome en serio esta misión de forma progresiva.
  2. Francisco y Benedicto XVI han hablado sobre este tema. La tarea de la Iglesia no es hacer proselitismo sino evangelizar. Debemos ser un imán enorme de amor que atraiga a todas las personas que tienen sed de ese amor de Dios. Así, los misioneros digitales estamos en la red para testimoniar con nuestra vida, con transparencia, con naturalidad, con coherencia, para que se pregunten: “Oye, ¿y este por qué está tan feliz incluso en medio de la adversidad?”. Estamos en la red para que otros se hagan preguntas vitales, pero, sobre todo, para ser reflejo del amor de Dios: un amor que acoge, que nunca impone, y que nunca juzga.
  3. Dios es amor. Tenemos que querernos entre nosotros, apoyarnos entre nosotros, respetarnos, incluso aunque no estemos de acuerdo con las diferentes sensibilidades, pero nunca echarnos piedras encima ni señalarnos públicamente. Algo que me enseñó una persona que ha sufrido mucho por estar en redes evangelizando es que, ante la duda, siempre comunión.
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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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