Vaticano

El cardenal Fernández Artime ya es arzobispo y permanecerá al frente de los salesianos hasta el 16 de agosto

El cardenal Paul Tscherrig preside las ordenaciones episcopales del sucesor de Don Bosco y del presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, Giordano Piccinotti





El cardenal suizo Emil Paul Tscherrig, nuncio apostólico emérito en Italia, ha presidido la ordenación episcopal del cardenal español Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los salesianos –que ha sido nombrado arzobispo titular de Ursona– y del salesiano italiano Giordano Piccinotti, arzobispo titular de Gradisca, y que ha sido nombrado presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA). La celebración se ha desarrollado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, a pocos pasos de la sede central de los salesianos y ha contado con una importante representación eclesial y salesiana.



A la celebración se han sumado numerosos cardenales y obispos. Además de los consagrantes junto a Tscherrig –el cardenal salesianos Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat y colaborador de Vida Nueva y el también salesiano obispo emérito de Gante Lucas Van Looy–; han acudido los cardenales Fernando Vergez Alzaga, presidente del Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano; Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales; Lazarus You Heung-sik, prefecto del Dicasterio para el Clero; el limosnero Konrad Krajewski; Arthur Roche, prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; Domenico Calcagno, presidente emérito de la APSA; Giuseppe Bertello, presidente emérito del Gobernatorato; y los salesianos Tarcizio Bertone, exsecretario de Estado vaticano; Daniel Fernando Sturla Berhouet, arzobispo de Montevideo (Uruguay); Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo emérito de Tegucigalpa (Honduras); Riccardo Ezzati Andrello, arzobispo emérito de Santiago de Chile. Además de los purpurados, un buen grupo de obispos también se ha sumado a la ordenación a la que curiosamente ha faltado el prefecto responsable de las congregaciones religiosas en el templo del Esquilino.

Ponerse en camino

En su homilía tras los primeros ritos de la ordenación episcopal, el cardenal Tscherrig destacó que la sucesión apostólica es uno de los “grandes milagros” de la Iglesia que “llega hasta el día de Dio” como señal de la presencia de Dios en el mundo a través de la historia. Por ello misión de “predicar el evangelio a todos los pueblos” una “misión que es siempre nueva y actual para cada generación”. “Llegar a ser obispo implica siempre una elección misionera capaz de transformar todas las cosas” por la evangelización del mundo actual, instó a los nuevos prelados.

Ante el evangelio del Buen Pastor les invitó a imitar a Jesús incluso “estando dispuesto a dar la vida por el propio rebaño” o como el grano de tierra que muere para dar fruto. Un pastor, añadió, que “no está quieto en su casa esperando a la oveja perdida, sino que se pone en camino” sin mirar atrás o lamentándose del rebaño que le ha tocado. También destacó como actitud “el conocimiento del otro” desde la escucha y un corazón abierto superando “la innata tendencia al egoísmo” o a la autorreferencial, denunció. El cardenal destacó que los nuevos arzobispos son “puentes entre Dios y la comunidad cristiana” y son “padre que acompaña, guía y consuela para que los hijos e hijas de Dios lleguen a la tierra de la vida eterna” a través del “arte de gobierno y de la corrección” como enseñó Don Bosco.

Ante la duda o el cansancio, Tscherrig invitó a los nuevos prelados a dirigirse al Espíritu para que el discernimiento y la sabiduría les acompañe en sus decisiones. Para ello pidió “la gracia de ser siempre pastores según el corazón de Jesús”, concluyó.

Excepción canónica

La ordenación de un superior general de una congregación abre un periodo de excepcionalidad en la situación canónica del cardenal Fernández Artime. En este sentido en una carta a la Familia Salesiana a la que ha podido tener acceso ‘Vida Nueva’ el nuevo arzobispo ha informado que el Papa le ha enviado “un documento con la ‘deroga’ (expresión italiana que significa la “excepción a lo que está legislado”, en la que él me autoriza a fin de que yo pueda seguir por un tiempo más como Rector Mayor, habiendo recibido la consagración episcopal)”.

Así, concreta que terminará este servicio la tarde del 16 de agosto de 2024, día del nacimiento de san Juan Bosco, tras clausurar el convocado ‘Sínodo de los Jóvenes’ “en el que habrán participado 370 jóvenes de todo el mundo con motivo del bicentenario del sueño de los 9 años, hecho que en Don Bosco fue sueño-visión y programa de vida que ha llegado hasta nosotros”, señala. “Ciertamente ya desde ahora, pero particularmente a partir de esa fecha, iré a prestar el servicio que el Santo Padre me indique”, añade.

Al final de la celebración, los nuevos arzobispos dieron su primera bendición al presidente de la celebración y luego pudieron bendecir a los fieles presentes en la basílica empleando la fórmula episcopal de realizar tres cruces. El cardenal Fernández Artime, en nombre de los dos, agradeció a Dios que haya guiado la vida de los dos prelados “hasta este momento”. “Los salesianos hemos aprendido de Don Bosco a tener una grandísima sensibilidad de comunión el Santo Padre”, destacó el superior de los salesianos citando a los últimos pontífices esperando “no defraudar al Pueblo de Dios”. También quiso agradecer a la Congragación Salesiana porque “hasta hoy ha sido un buen camino de gran fraternidad” y ha ratificado que vivirán la autoridad desde el servicio al estilo de Jesús.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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