Representantes del Ministerio del Interior les piden que se subordinen a Bartolomé, patriarca de Constantinopla
Semanas atrás, en el XXV Consejo Mundial del Pueblo Ruso, el patriarca ortodoxo de Moscú, Kirill, llevó más allá su bendición espiritual de la invasión de Ucrania por Vladímir Putin y consiguió que se aprobara un decreto en el que se califica dicha intervención militar en el país vecino como una “una guerra santa”.
Un documento, por cierto, en el que también se pide al “mundo ruso” apoyar “una nueva etapa de la lucha de liberación nacional contra el régimen criminal de Kiev y Occidente, que lo respalda”. Y es que, frente a esta “embestida del globalismo” contra su cultura, la única esperanza, según Kirill, sería que se consumara “la victoria sobre un Occidente caído en el satanismo”. Lo que lleva a una definitiva conclusión: “Todo el territorio de la Ucrania moderna debería entrar en una zona de influencia exclusiva de Rusia”.
Las reacciones a esta última andanada del Patriarca Ortodoxo de Moscú ya han llegado estos días. La primera, a nivel ecuménico, ha sido el rotundo rechazo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), que ya ha pedido una reunión “urgente” a Kirill para que explique esta apuesta por la concepción de la “guerra santa” que, en una visita de sus representantes, en mayo de 2023 en Moscú, este les negó categóricamente.
La segunda, según informa el portal ucraniano ‘Risu’, puede llegar en el propio seno de la ortodoxia. En este caso, en Estonia, donde Raivo Küyt, vicecanciller de Población y Sociedad Civil, y Ringo Ringvee, asesor del Departamento de Asuntos Religiosos, ambos dentro del Ministerio del Interior, han confirmado que se están reuniendo estos días con representantes de la Iglesia Ortodoxa de Estonia para pedirles que se “independicen” de toda influencia de Moscú y se subordinen a Bartolomé, patriarca de Constantinopla, como ya sucede con la Iglesia Ortodoxa Apostólica local y como ya hizo hace unos años la Iglesia autónoma ucraniana, pastoreada por el metropolita Epifaniy.
Em declaraciones al citado medio, Küyt ha reconocido que “ya hemos celebrado las primeras reuniones y tenemos previsto ampliar aún más estas actividades la semana que viene”. En dichos encuentros, los representantes de la Iglesia Ortodoxa de Estonia les habrían confirmado que “no están directamente subordinados al Patriarcado de Moscú y a la declaración del Consejo Mundial del Pueblo Ruso” en la que se defiende la “guerra santa” en Ucrania.
Ahora falta por conocer si los representantes de la ortodoxia local siguen o no la petición de las autoridades nacionales y rompen los lazos culturales que les unen con Moscú y se adscriben bajo la órbita de influencia de Constantinopla.