Al concluir su XLIX Junta Directiva, celebrada en Honduras del 18 al 21 de abril, la CLAR destaca que la sinodalidad es posible, “es camino de conversión y vida”
La Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) llevó a cabo su XLIX Junta Directiva en Tegucigalpa, Honduras, del 18 al 21 de abril, con la participación de las y los presidentes de 20 Conferencias de Religiosos/as de América Latina y el Caribe.
En su mensaje final, el organismo internacional de derecho pontificio de la Iglesia católica, que agrupa a más de 150,000 religiosos y religiosas del continente americano, aseguró que la sinodalidad es el camino “a recorrer para la tan anhelada resignificación y transformación de nuestros institutos, de la Iglesia y la sociedad”.
Y es que -dijo- la sinodalidad es posible, “es camino de conversión y vida... esperamos sean voz profética que sacuda a nuestras madres y padres sinodales, pero sobre todo que sacudan la inercia, la desesperanza y la dispersión que tantas veces nos destruyen y aniquilan”.
De acuerdo con lo informado por la CLAR, en la junta directiva, los religiosos y religiosas de América Latina y el Caribe se solidarizaron con “nuestros países hermanos de Nicaragua y Haití que sufren la ignominia de la persecución, por hacer el bien, como Jesús”.
Se refirieron a los contextos y realidades que se viven en Latinoamérica y el Caribe, que -dijeron- son de inestabilidad política, desigualdad económica, violencia y crimen organizado, corrupción, polarización política, crisis migratoria, limitada inclusión laboral, y “los lastres del cambio climático que amenazan la vida de nuestros pueblos”.
Ante esas problemáticas, aseguraron los religiosos y religiosas de la CLAR: “hemos sembrado nuestro sí, abriendo espacios al Espíritu, promoviendo la integración regional, la democracia, la sensibilidad ambiental y ecológica y el uso de las redes sociales a favor de la humanización”.
Asimismo, añadieron, “hemos estado a lado del que sufre y está marginalizado, caminando en este proceso sinodal, que no sólo tiene repercusión ad intra de la Iglesia, sino que sintoniza con la transformación de la humanidad en este cambio de época en medio del dolor de la guerra en el Medio Oriente y la invasión de Rusia en Ucrania”.
En su junta directiva, la CLAR participó de la eucaristía y momentos de oración; sus reflexiones giraron en torno a cinco grandes temas: “misión y conversión pastoral; obediencia y modelos relacionales; la formación como camino sinodal; el ejercicio de la autoridad y la renovación de las estructuras”.
“Los hemos llamado ‘provocaciones’, pues precisamente han hecho eso: provocar en nosotras/os el deseo de mirar la Vida Religiosa como críticos de nuestros errores, agradecidos por el trabajo y el servicio bien hechos, y como constructores de cambios, propuestas y caminos por recorrer”, añadieron.
La CLAR agradeció al papa Francisco, “quien con profunda valentía y confianza en Dios impulsa la Reforma eclesial, por su valoración de la Vida Religiosa, el impulso al liderazgo de la mujer y el amor imprescindible por los más pobres como fruto del mutuo amor”.