Los miembros de las distintas Juntas de Educación fueron convocadas por el Consejo de Educación Católica de la provincia de Buenos Aires (CEC) para el encuentro anual, en que se analiza y actualiza el camino que vienen realizando los referentes diocesanos del campo educativo.
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Las jornadas se desarrollaron en la Villa Marista, de la ciudad de Luján, con la presencia del obispo auxiliar de Merlo-Moreno y presidente del CEC, Oscar Miñarro, quien junto a los delegados, compartieron estas jornadas para intercambiar experiencias y procesos, desde la realidad concreta en sus diócesis.
Contenidos en común
Vida Nueva dialogó con David Brandán, referente en la diócesis de Quilmes en el área de planeamiento y calidad educativa. Sostuvo que se abordó este espacio, a partir de las necesidades y las realidades diocesanas. La intención no fue hablar de la pastoral en la escuela como tal, sino cómo la diócesis acompañan esta realidad. “Fue muy lindo escuchar cómo cada diócesis tiene y tuvo sus procesos; otras no tanto, pero salieron un montón de cuestiones”.
Agregó que si bien hay diócesis que tienen más organizada esta pastoral, independientemente de lo que cada obispo vaya a decidir en su territorio, hay algo que une y que es la jurisdicción de la Provincia de Buenos Aires; en todos los colegios, en todas las comunidades educativas los contenidos van a ser los mismos. Analizaron todos los puntos que los unen, y los otros puntos que son bastante particulares.
“Lo lindo es que estuvo centrado en Emaús como espacio de lectura, de reflexión y oración, pero también desde lo metodológico. Nos preguntamos, entonces, qué nos entristecía, qué nos angustiaba, qué cuestiones de la realidad de la pastoral educativa diocesana y de sus vivencias, nos ponía tristes”, contó Brandán. Seguidamente, compartieron una mirada del encuentro de las diócesis y de cada comunidad con Jesús, los signos concretos, y los caminos que adoptaban para volver a Jerusalén.
Trabajo en red
El referente quilmeño señaló que todo este tiempo fue de una gran riqueza porque estaban presentes miembros de 18 diócesis, “un punto no menor”. Uno de los objetivo que salió, fruto del Espíritu, fue la necesidad de trabajo en red, y enseguida, se empezó a articular, armando lineamientos y orientaciones comunes a nivel pastoral, porque lo común es lo pedagógico. Y sobre todo, en cuanto a lo estratégico, acompañando o potenciando algo que tal vez no están haciendo ahora con tanta fuerza.
Brandán cree que fue un encuentro muy bueno, y además quedó esta intención: “hay que trabajar en equipo, hay que trabajar desde nuestras presencias, desde ese espacio en articulación, en red, y avanzar con determinados objetivos”.
La misa de cierre fue en la Basílica de Luján donde los presentes pusieron a los pies de la Virgen, la realidad de cada diócesis en el campo educativo.