La Iglesia española da un paso al frente para exigir una acogida, integración y protección real de los migrantes, con medidas concretas, tanto por parte de los poderes públicos como de la ciudadanía. Entre las principales denuncias se encuentran las trabas que se presentan tanto para el empadronamiento como para el asilo de los refugiados, así como para el alquiler. Así se ha puesto de manifiesto en las XLIII Jornadas de Delegados y Agentes de Pastoral con Personas Migradas, en las que han participado un centenar de personas de 44 diócesis.
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Aunque se celebraron el pasado fin de semana, no ha sido hasta hoy cuando se han dado a conocer unas conclusiones que sirven de antesala a la presentación, el próximo lunes, de la Exhortación Pastoral Comunidades Acogedoras y Misioneras. Identidad y Marco de la pastoral con migrantes, que busca ser la hoja de ruta para los católicos españoles en este ámbito.
Graves consecuencias
“Denunciamos la dificultad de acceso al empadronamiento”, exponen en un comunicado desde la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana, que preside el obispo de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García Cadiñanos, y que dirige el dominico Xabier Gómez. Este obstáculo administrativo genera, según la Iglesia, “graves consecuencias”, como la falta de acceso a la enseñanza, a la sanidad y a los recursos sociales en situaciones de multi vulnerabilidad. En esta misma línea, se recuerda “la obligación legal” de los Ayuntamientos para inscribir a los vecinos que realmente viven en un domicilio.
Ligado a esta cuestión, desde la pastoral con migrantes también se alza la voz para que los propietarios de vivienda en alquiler se comprometan a “romper con estereotipos racistas que discriminan a las personas migradas para facilitar el acceso al alquiler de vivienda digna y el empadronamiento”. De la misma manera, se hace un llamamiento a evitar el subarrendamiento ilegal o cualquier otra práctica de explotación.
El negocio de las mafias
Desde la Subcomisión Episcopal se lanza la voz de alarma ante “el retraso en la obtención de citas para solicitar y renovar asilo” para los refugiados. En este contexto, la Iglesia apunta que se abre la puerta “a las mafias de compraventa de citas”.
Entre otros puntos, desde la Iglesia también se condena la explotación laboral, en especial, en relación a las trabajadoras del hogar: “No podemos normalizar abusos que se puedan cometer en este ámbito”. Junto estas denuncias, también se han presentado en el encuentro propuestas tales como “discernir la conveniencia de un nuevo ministerio laical de la acogida”, ligado a la iniciativa surgida en el Sínodo sobre la Sinodalidad para crear un ministerio laical en torno a la escucha y la participación.
Más ayuda
Al igual que el Papa Francisco, los responsables de la pastoral migratoria hacen un llamamiento a diócesis y congregaciones religiosas “a ofrecer espacios habitacionales o inmuebles” para proyectos de acogida y hospitalidad de extranjeros.
A la par, se llama a redoblar la apuesta por la Mesa del Mundo Rural en las diócesis donde no se ha puesto en marcha, así como impulsar los Círculos de Silencio, el trabajo en red… Por último, no se olvidan de subrayar la necesidad de continuar trabajando para sacar adelante la Iniciativa Legislativa Popular para una regularización extraordinaria de migrantes “con todas las herramientas a nuestro alcance durante las fases posteriores a su toma en consideración por parte del Parlamento español”.