Con motivo de la fiesta budista de Vesak, que conmemora los principales acontecimientos de la vida de Buda, el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso ha enviado a los budistas de todo el mundo un mensaje, firmado por el prefecto Miguel Ángel Ayuso Guixot, titulado ‘Cristianos y budistas: trabajando juntos por la paz a través de la reconciliación y resiliencia’.
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En el texto, el Vaticano señala que esta celebración brinda una ocasión para “reflexionar con ustedes sobre nuestra responsabilidad compartida, como cristianos y budistas, de promover la paz, la reconciliación y la resiliencia, valores profundamente arraigados en nuestras respectivas tradiciones religiosas”.
Asimismo, el Dicasterio destaca la necesidad de “condenar la destrucción causada por las guerras en todo el mundo”. “Hemos abordado esta cuestión en varias ocasiones, pero la continua escalada de los conflictos en todo el mundo exige una atención renovada a la cuestión crítica de la paz y una reflexión más profunda sobre nuestro propio papel en la superación de los obstáculos que obstaculizan su crecimiento”, asevera en el mensaje.
Equidad y justicia política
“Para hacer nuestra parte para poner fin al odio y el deseo de venganza que conducen a la guerra, y para curar las heridas que la guerra ha infligido a la humanidad y a la Tierra, nuestra casa común, debemos fortalecer nuestro compromiso de trabajar por la reconciliación y resiliencia”, subraya el Dicasterio en el mensaje.
Y es que “a menos que se aborden adecuadamente las causas más profundas de los conflictos y la violencia, el amanecer de una paz duradera es una ilusión, porque no puede haber paz y reconciliación sin equidad y justicia en la vida política, económica y cultural”.
Del mismo modo, “como se enseña en los rituales y el culto propios de nuestras respectivas tradiciones religiosas, la reconciliación y la resiliencia son, pues, los remedios necesarios para una cultura de violencia que a menudo se justifica como una respuesta lamentable pero necesaria a acciones militares o terroristas agresivas”. Por ello, “la reconciliación y la resiliencia nos empoderan para perdonar y buscar el perdón, amar y estar en paz con nosotros mismos y con los demás, incluso con aquellos que nos han hecho daño”.