El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, ha instado a guardar silencio público al sacerdote Francisco José Delgado, conocido por ser el director de ‘La Sacristía de la Vendée’, la tertulia digital que interrumpió temporalmente sus emisiones porque uno de los presbíteros participantes expresó lo siguiente, entre risas y con respaldo explícito de sus compañeros: “Rezo mucho para que el Papa pueda ir al cielo cuanto antes”.
Según ha relatado en X el propio Delgado, “por orden directa de mi arzobispo, me veo obligado a interrumpir la actividad en todas mis redes y a suspender mi participación en medios de comunicación”. “En esta ocasión no lo hago por mi propia voluntad”, sentencia el presbítero toledano que actualmente reside en Estados Unidos. Justo después, apunta que “no me queda más remedio que defenderme de una calumnia de la que espero algún día poder dar detalles”.
Según ha confirmado Vida Nueva, la Archidiócesis de Toledo habría adoptado esta decisión a instancias de la Santa Sede, que habría sugerido al arzobispo Cerro actuar al respecto. De esta manera, Roma habría ofrecido unas pautas generales que se habrían aterrizado en lo concreto desde Toledo.
Sin embargo, el motivo de la medida adoptada por la Archidiócesis Primada de España a propuesta de Roma no radicaría en el episodio concreto de las plegarias por Jorge Mario Bergoglio, aunque haya coincidido en el tiempo. Así lo ha desvelado José Enrique Escardó, cuyo caso hizo reaccionar a Roma sobre el proceder de Francisco José Delgado: “Es la primera vez en la historia que la Iglesia católica sanciona a un cura por troll y me siento orgulloso de que haya sido gracias a mí”.
A través de sus redes sociales, Escardó explicita que “el cura facho, me bloqueó y luego me difamó e insultó hace un par de meses en varios tuits y por varios días por ser víctima del Sodalicio”. El Sodalicio de Vida Cristiana es una sociedad de vida apostólica laical, aprobada por Juan Pablo II en 1997, que actualmente está siendo investigada por la Santa Sede por diversas acusaciones de abusos sexuales y posibles delitos económicos, destacando las supuestas extorsiones que grupos de campesinos denuncian.
En su cuenta de X, Escarcó relata que “la historia llegó al Vaticano y me pidieron los detalles del caso porque la investigación al Sodalicio está abierta aún, me dijeron que lo iban a sancionar”. Tal y como desvela justo después, “aquí están las consecuencias”.
“Espero que esta sea solo la primera medida y que pase lo mismo con otros que actúan igual”, añade la víctima del Sodalicio, que además comparte que el presbítero apercibido, sería, según él, “encubridor de un sacerdote español que abusó sexualmente de una víctima que también lo denunció”.
Por su parte, Delgado expone en sus redes sociales que “obviamente, a pesar de la persecución, sigo manteniendo mi propósito de ser fiel a la Iglesia de Cristo y a su jefe visible, que es el papa Francisco”. “Ofrezco todos los sufrimientos de esta situación por la conversión de aquellos que dañan a la Iglesia, desde fuera y desde dentro. ¡Viva Cristo Rey!”, finaliza el sacerdote.