Se inicia la fase diocesana de las causas de beatificación y canonización de Carlos Yaryez, Victor Schiavoni y María Cruz López
Este martes 7, el arzobispo de Paraná Juan Alberto Puíggari, presidió el acto formal de apertura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de: Carlos Yaryez, Victor Schiavoni y María Cruz López.
Este evento, marca un hito significativo en la historia de Fe de la Iglesia de Paraná. Anteriormente, toda la comunidad eclesial se congregó y celebró la Santa Misa en la que se rezó por la glorificación de estos tres jóvenes Siervos de Dios de la Iglesia local.
Hace un año, Solemnidad de Nuestra Señora de Luján y en el marco de la celebración de la Santa Misa en Acción de Gracias por los 25 años de consagración episcopal del arzobispo Puiggari, se dio lectura a la carta del Dicasterio de las Causas de los Santos que refirió a la causa de beatificación y canonización de Yaryez, Schiavoni y López.
“Examinado el asunto, (…) nada obsta para la causa de Beatificación y Canonización”, consigna el documento en torno a cada uno de los tres siervos de Dios.
Ahora, un año más tarde, este martes se hizo públicos los decretos firmados por el arzobispo en los que nombra a los postuladores, vicepostuladores, instructores, notarios y peritos históricos de cada una de las causas. Allí también los recientemente designados prestaron juramento y firmaron las actas correspondientes ante el titular de Paraná.
El arzobispo Puíggari señaló que este acto se trata de un hecho histórico, formal, con silencio y respeto lo que demuestra la importancia y la grandeza que tiene este momento en la historia de Paraná, como así también las exigencias de la Santa Sede: un momento de gracia.
Quiso también agradecerles a todos los involucrados en las causas. Pero alertó que al santo lo hace Dios, aunque la Iglesia hace lo humanamente posible. En este caso, piden que estos tres jóvenes sean santos; “creemos que pueden ser modelos que atraigan a muchos otros jóvenes a tomar una vida exigente de vida cristiana“, manifestó. Pero, agregó, que eso lo decide Dios. El los hará santos. Pidió rezar para que Dios otorgue sabiduría a los que tienen que trabajar, y conceda las gracias y milagros necesarios.
En tercer lugar, indicó que esto tiene que ser una corriente de santidad en la diócesis. Ellos en el cielo no necesitan nada: ni Carlos, ni María Cruz, ni Víctor necesita que le pongamos la corona, ya están contemplando a Dios: cuando Dios proclama un santo es porque quiere que sean ejemplos.
Finalmente, señaló que si se observan la fecha en la que murieron, entre 1990 y 2006, fueron momentos muy difíciles para la diócesis. “En la historia, Dios no responde con hechos extraordinarios; responde con la santidad… muestra la otra cara”. Espera que este hecho sea una corriente de santidad en cada uno, pobres, débiles, pecadores, para que triunfe la gracia de Dios.