El Papa se ha reunido este sábado con los participantes en el Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana organizado por la Fundación Fratelli Tutti
“En un planeta en llamas, os habéis reunido con la intención de reiterar vuestro ‘no’ a la guerra y ‘sí’ a la paz, testimoniando la humanidad que nos une y nos hace reconocernos hermanos, en el don mutuo de nuestras respectivas culturas y diferencias”. Así lo ha expresado el papa Francisco hoy durante su audiencia con los participantes en el ‘Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana’, promovido por la Fundación Fratelli tutti.
“¿Cómo podemos, concretamente, volver a hacer crecer el arte de la convivencia que es verdaderamente humana?”, se ha preguntado Francisco. “Me gustaría volver a la actitud clave propuesta en ‘Fratelli tutti’: la compasión”. Así, volviendo a la parábola del Buen Samaritano, quien, “movido por compasión, se acerca a un judío que los bandidos habían dejado medio muerto al costado del camino”. “Miremos a estos dos hombres”, ha animado el Papa. “Sus culturas eran enemigas, sus historias eran diferentes y conflictivas, pero uno se convierte en hermano del otro en el momento en que se deja guiar por la compasión que siente por él”.
Francisco ha animado a los presentes a no desanimarse en su búsqueda de la Fraternidad, porque “el diálogo perseverante y valiente no es noticia como los choques y los conflictos, pero ayuda discretamente al mundo a vivir mejor, mucho más de lo que podemos imaginar”. “Os insto a seguir adelante, a hacer crecer esta espiritualidad de fraternidad y a promover, con vuestra acción diplomática, el papel de los organismos multilaterales”, ha insistido.
Asimismo, ha recordado que “la guerra es un engaño, como lo es la idea de una seguridad internacional basada en el elemento disuasivo del miedo”. “Para garantizar una paz duradera necesitamos volver a reconocernos en la humanidad común y poner la fraternidad en el centro de la vida de los pueblos”, ha aseverado el Papa, ya que “solo así podremos desarrollar un modelo de convivencia capaz de dar futuro a la familia humana”. “La paz política necesita paz en los corazones, para que las personas se reúnan con la confianza de que la vida siempre vence a toda forma de muerte”.