Las clarisas de Belorado y Orduña (Burgos) –que conquistaron Madrid Fusión con sus bombones de mojito hace unos años–, han anunciado en un comunicado que abandonan la Iglesia Conciliar debido a la “persecución” que sufren y que “ha puesto palos de rueda” a su comunidad, así como estar “bloqueadas” por Roma al no otorgarles la licencia de venta del convento de Derio y “querer quedarse” con sus propiedades.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- PODCAST: Sinodalidad a pie de calle
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Y es que, en el comunicado recogido por el ‘Diario de Burgos’, firmado por la madre abadesa –sor Isabel de la Trinidad-, las religiosas de la Orden de Santa Clara acusan al Vaticano de no querer concederles dicha licencia para vender el convento de Derio: “probablemente seguirá en el despacho de Mario Iceta y de la presidenta hasta el fin de los tiempos…”, escriben. Asimismo, subrayan que no se les permite “cumplir con los pagos” del Monasterio de Orduña y rescindir el contrato de compraventa “sin previo aviso” después de tres años.
Además, las religiosas llegan a apuntar en “el último Sumo Pontífice válido fue Pío XII”. Y reconocen, además que son conscientes de la gravedad de sus afirmaciones: “Nos van a denominar herejes y cismáticas, locas y muchas cosas más, muy calumniosas y desagradables. No los creáis, al menos por esta vez, que no os engañen”, escribe la madre abadesa.
Esto, tal vez, se deba a la intención de las religiosas de abandonar la Iglesia Católica y situarse bajo la tutela de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado en julio de 2019 por Mario Iceta y fundador de la Pía Unión de San Pablo, la cual niega el Concilio Vaticano II y reconoce –al igual que las monjas ahora– únicamente a Pío XII como último Papa. Para ello, este lunes en el monasterio de Beloardo se oficiará un acto religioso, José Ortega, algo con un nivel de gravedad sobre el que el arzobispo ya ha advertido a la comunidad.
Respuesta del arzobispado
En este sentido, el arzobispo de Burgos ha exhortado a los fieles a que se abstengan de participar en ningún acto litúrgico realizado en el monasterio de Belorado ni en el de Orduña. Asimismo, ha manifestado su “sorpresa” al conocer el contenido del comunicado de las religiosas, ya que “nunca habían expresado malestar” con la Iglesia y, ante las recientes visitas de los delegados episcopales, siempre han sido cordiales: “Nunca han manifestado ninguna disconformidad, más bien, en las últimas comunicaciones con el delegado episcopal para la vida consagrada, las monjas manifiestan sentirse contentas y agradecidas”.
Del mismo modo, el obispo ha explicado que el problema comenzó con el acuerdo de compra-venta del monasterio de Orduña por un importe de 1.200.000 euros que nunca se llegó a concretar. El pasado 7 de mayo, la comunidad de Belorado es convocada por la comunidad de clarisas de Vitoria ante un notario para rescindir el contrato de compra-venta a instancias de esta última comunidad.
“En la notaría, entregó un pliego reclamando 1.600.000 euros como pago por el importe de las obras realizadas por su comunidad en el Monasterio de Orduña y un 30% por daños y perjuicios. Al no aceptar Sor Isabel la rescisión del contrato, lleva el asunto a instancias judiciales”, escribe el arzobispado.
“Rechazamos la acusación injusta e indiscriminada de ‘silencio y aquiescencia de los pastores’, como afirma el texto”, apunta Iceta. Además, el arzobispo señala que la diócesis rechaza “las acusaciones, en términos similares, a la Cátedra de Pedro sobre ‘contradicciones, lenguajes dobles y confusos, ambigüedad y lagunas de doctrina’”.