Este martes el papa Francisco ha vuelto a salir del Vaticano para visitar una de las parroquias de Roma. Esta vez le ha tocado el turno a San Giuseppe al Trionfale, donde se ha encontrado con más de 70 sacerdotes con más de 40 años de ordenación, así como con el obispo Michele di Tolve, delegado del Sector para la atención del Diaconado, del Clero y la Vida Religiosa.
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Más tarde, el Papa se ha reunido con sacerdotes ordenados en 2014, y que ahora cumplen sus primeros diez años como sacerdotes. Este encuentro ha tenido en la Casa de las Pías Discípulas del Divino Maestro. “Es el deseo del Santo Padre, después de haber completado el recorrido por los sectores de la diócesis de Roma, encontrarse con todos los sacerdotes por año de ordenación presbiteral. Su deseo es seguir manteniendo un diálogo directo con sacerdotes de su diócesis”, ha explicado Di Tolve, añadiendo que “el Papa inicia esta gira encontrar a los sacerdotes más maduros, aquellos que han pasado por diversas etapas de la vida de la diócesis de Roma”.
La gentileza del pastor
A su llegada, el Papa saludó a quienes lo esperaban a la entrada de la iglesia, recorrió la nave y llegó a la sala donde se desarrolló la reunión, a puerta cerrada. Después de la oración recitada juntos y del saludo de Di Tolve, Francisco dirigió unas palabras a los presentes, agradeciendo su acogida e instándolos a ser “testigos de la memoria”.
Durante la conversación entre los sacerdotes y el Papa se abordaron diversos temas pastorales, así como el compromiso en la diócesis y en las parroquias de Roma, y el Papa subrayó el valor del trabajo del párroco y del sacerdote en la calle, la importancia de utilizar gentileza para guiar el rebaño: “Cuando la gente ve la gentileza del pastor, se acerca”.
También surgieron en la conversación las dificultades que atraviesan los sacerdotes mayores: la soledad después de años de vivir entre el pueblo, la dificultad para afrontar el cambio, la amargura, a veces superable con la oración, el recuerdo del amor del Señor y el sentimiento de filiación con la Virgen. El Papa ha subrayado en varias ocasiones el valor de la relación entre los sacerdotes viejos y jóvenes: “Que discutan, es vida, pero avancemos juntos” porque, añadió el Papa, “los abuelos deben permanecer en la familia”.
Al final de casi dos horas de conversación, el Papa Francisco agradeció el diálogo, instando a los presentes a “no cansarse, a orar y acompañar a las parroquias”. Después de saludar individualmente a los sacerdotes, el Papa se detuvo en la iglesia con alrededor de 70 niños de la Primera Comunión, 100 niños del cercano colegio San Giuseppe y un grupo de alrededor de un centenar de fieles.
