Que católico y socialista no es un oxímoron lo demuestra Salvador Illa. Las elecciones catalanas de este 12 de mayo coincidían con el día de San Pancracio, hecho que no pasó inadvertido para el líder socialista. “Es el santo que se invoca cuando se quiere reclamar prosperidad, es un buen augurio. Será un buen día para Cataluña y para España”, declaró al conocerse la convocatoria electoral.
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Por eso, desde Cristianos Socialistas le hicieron llegar una imagen del santo de la que este católico confeso no se ha separado durante toda la campaña ni tampoco durante la noche electoral, cuando se le vio, junto a su equipo, con su san Pancracio y un ramo de perejil. Además, ha llegado incluso a repartir estampitas entre los periodistas que le han acompañado durante estos días.
La realidad es que Illa, que cuenta con un MBA en la escuela de gestión y negocios IESE de la Universidad de Navarra, no le ha ido mal encomendarse a la buena suerte del santo, que le ha permitido obtener 42 escaños en los comicios en los que, por segunda vez consecutiva, ha salido victorioso.
Eso sí, ahora sí tiene posibilidades reales de gobernar, no como en 2021, cuando el empate a escaños con Esquerra Republicana de Cataluña impidió un gobierno del candidato más votado, quedando la presidencia de la Generalitat en manos de Pere Aragonés, pese a contar con 50.000 votos menos.
Los partidos independentistas no suman
En esta ocasión, los catalanes han dado a Junts la segunda posición con 35 escaños, seguidos por ERC con 20, el PP con 15 –que irrumpe como cuarta fuerza, superando en 12 puntos su anterior resultado–, Vox con 11, los Comunes con 6, la CUP con 4 y 2 para Aliança Catalana, el partido independentista de extrema derecha que llega a un Parlament del que desaparece Ciudadanos.
Lo que deja claro el resultado de estas elecciones es que los partidos independentistas no son mayoría. Y es que PSC, PP, Vox y Comunes suman el 52,71% de los votos. Mientras Junts, ERC y la CUP suman el 39,38% en medio de unos comicios en los que ha participado el 58% de la población, cinco puntos más que los que votaron en 2021, pero una participación 20 puntos menor que la de 2017.
Mutis episcopal ante las elecciones
Por otro lado, los prelados catalanes, al igual que también hicieron en 2021, han dado un paso atrás ante los comicios para evitar contribuir a la polarización política que contagia a toda España. Entonces, solo el ya obispo emérito de Solsona, Xavier Novell, se salió de la norma al publicar una carta pastoral animando a presentarse a las elecciones a “la democracia cristiana, que nunca ha osado presentarse en solitario”.
“En medio de estos días electorales propongo para vuestra reflexión la afirmación del intelectual Jaume Balmes: ‘No se puede hacer política a espaldas de la realidad. Hay que tener una visión real de los problemas a fin de procurar remediarlos’”. Este es el único pronunciamiento público durante toda la campaña electoral en Cataluña, firmado por el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, en Twitter.
A posteriori, tampoco una felicitación al ganador por parte de ningún obispo ni de la Conferencia Episcopal Tarraconense. Aunque ello no significa que no haya tenido lugar a título privado debido a la relación estrecha que guarda el líder socialista con algún mitrado.
