El papa Francisco ha recibido este jueves en audiencia a los miembros de las Academias Pontificias de Ciencias y de Ciencias Sociales que participan en el encuentro ‘De la crisis climática a la resiliencia climática’.
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En su discurso, el Papa ha reiterado su preocupación por los datos del cambio climático que “empeoran año tras año”. “Es urgente, por tanto, proteger a las personas y a la naturaleza”, dijo Francisco, recordando que “las poblaciones más pobres, que tienen muy poco que ver con las emisiones contaminantes, deben recibir más apoyo y protección”.
Conflicto entre generaciones
“La destrucción del medio ambiente es una ofensa a Dios”, ha continuado el Papa, “un pecado no sólo personal sino también estructural, que pone en grave peligro a todos los seres humanos, especialmente a los más vulnerables, y amenaza con desencadenar un conflicto entre generaciones”.
De esta manera, el Papa ha recordado que “está en juego una ‘grave responsabilidad’: garantizar que no se niegue un futuro a los jóvenes y a los niños”. En este sentido, Francisco ha señalado que “los retos que tenemos por delante son numerosos: Sistémicos, distintos pero interconectados: cambio climático, pérdida de biodiversidad, degradación medioambiental, desigualdades globales, inseguridad alimentaria y una amenaza a la dignidad de las poblaciones afectadas”.