Esta entidad está fundada por el valenciano Ricardo Subirón Ferrandis
Aunque las clarisas de Belorado afirman su autonomía (sin dar muchas explicaciones canónicas), el ecosistema de la Pía Unión de San Pablo Apóstol cuenta con una rama masculina. En concreto son los Misioneros Apostólicos de María Inmaculada que complementan como vida religiosa los sacerdotes formados en los seminarios del falso obispo Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado desde 2019.
Esta congregación no reconocida por la Iglesia fue creada por el mentor de Rojas, el también obispo cismático Ricardo Subirón Ferrandis, ordenado por el obispo cismático vietnamita Ngô Dình Thuc, hermano del presidente del país asiático, y responsable también de las ordenaciones fraudulentas en el Palmar de Troya en 1977. Este valenciano nacido en 1953 según los documentos de la Pía Unión se implicó en diferentes actividades catequéticas y devocionales durante su juventud. Tras entrar en las filas de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús en 1970 comenzó a sentir incomodidad ante los cambios que había en la Iglesia. Tras visitar el Palmar de Troya en 1976 entraría en aquel círculo tradicionalista al que llegaría el obispo vietnamita tras una primera falsa ordenación a manos del Clemente Domínguez antes de autoproclamarse ‘Papa’.
Finalmente, el vietnamita le ordenaría en Francia donde pasaría temporadas a su lado trasladándose luego a Valencia donde presidía sin pudor diferentes sacramentos en el popular barrio de Nazaret. En 2005 y 2006 el propio Subirón volvió a ordenar de presbítero y obispo a Pablo de Rojas Sánchez-Franco –por si acaso sus primeras ordenaciones no habían valido–. A ejemplo de la casa formativa de los Misioneros Apostólicos de María Inmaculada ha creado el nuevo obispo de Belorado sus centros de formación: el seminario de Vizcaya, el de vocaciones adultas o antiguos sacerdotes católicos ordenados con el rito actual en la provincia de Palencia y otro en Brasil.
No es la primera vez que este grupo acapara algunos titulares, su ecónomo Vicente Cristóbal Almalé se sentó en 2021 en el banquillo tras ser detenido dentro de una operación policial contra el narcotráfico. Con antecedentes –y con cumpliendo pena de cárcel– respondió a las acusaciones de falsedad y estafa ante la sección tercera de la Audiencia Provincial de Valencia siendo finalmente absuelto. El también falso cura llegó incluso a estar secuestrado en Colombio por grupos paramilitares.
El autodenominado ‘padre Vicente’ era el encargado de las operaciones de compraventa de bienes para afrontar los nuevos gastos de esta congregación no reconocida por la Iglesia. En este encargo comenzó a ser habitual en determinados negocios de venta de vehículo o propiedades inmobiliarias. Para la construcción de un convento y un albergue para inmigrantes –que sería la presunta tapadera de entrada de la droga cerca del puerto de Valencia y que estuvo subvencionado por el Ayuntamiento hasta noviembre de 2010– extendía certificados de depósitos de un banco holandés con una garantía de rentabilidad del 250%. La estafa le llevó a la cárcel antes de ser absuelto en el caso del narcotráfico.
En una primera edición digital de esta noticia se recogía la siguiente afirmación en el subtítulo refiriéndose a los Misioneros Apostólicos: ‘Fundados por el también falso obispo valenciano Ricardo Subirón Ferrandis, en su historia hay episodios relacionados con el narcotráfico y las estafas inmobiliarias’. Estos episodios que se citan no se refieren Sr. Subirón, sino a otra persona que formaba parte de la institución citada, como se puede constatar en la lectura completa de esta información. Sin embargo, tal y como estaba redactado en el subítulo sí pudiera generar confusión el término ‘su historia’, según se tome el sujeto referente del determinante posesivo ‘su’.
Con esta premisa, ‘Vida Nueva’, atendiendo la petición remitida por el Sr. Subirón Ferrandis a este medio, quiere aclarar que el Sr. Subirón Ferrandis no tiene relación ninguna con episodios relacionados con el narcotráfico y las estafas inmobiliarias. Por ello, se ha procedido a eliminar el subtítulo inicialmente previsto, considerando que su supresión resulta más claro, sencillo y efectivo para la protección civil del derecho al honor, a la intimidad familiar personal y familiar y propia imagen que cualquier mención explícita a estos episodios en un nuevo subtítulo, aun cuando fuera para negarlos como se recoge en esta nota aclaratoria.