Recientemente, en redes sociales y noticieros de México, circuló un videomensaje en el que el sacerdote español, José Manuel del Río Carrasco, oficial de la Pontificia Comisión para los Bienes Culturales del Vaticano, da su bendición a la candidata a la Presidencia de México por la coalición política ‘Sigamos haciendo historia’, Claudia Sheinbaum, para que “el Señor bendiga todos sus trabajos, que siempre esté a su lado y la bendiga para que dé frutos siempre para la gloria de Dios y que obtenga los resultados esperados”.
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Ante el debate generado en las redes sociales por considerar que fue un desacierto, ya que la candidata del partido en el poder es judía y abiertamente proaborto, Vida Nueva entrevistó al encargado de la Comisión de Paz y Justicia de la Arquidiócesis de México, el ingeniero Jesús Valdez de los Santos, quien explicó las repercusiones de dicha acción para la candidata Sheinbaum.
En primer lugar, aclaró que “no hay ninguna limitante legal para que un político reciba la bendición de un sacerdote o para acudir a las ceremonias religiosas; los políticos pueden acudir en cualquier momento, incluso, en plena campaña”.
La limitante -apuntó- es que no se haga campaña dentro de los recintos religiosos; “este debe de ser respetado para lo que es; pero fuera de eso, cualquier político puede acercarse a su líder religioso”.
Refirió que, al tratarse de un sacerdote extranjero, no habría repercusión para el ministro, pero sí para la candidata: “podría haber una sanción, incluso podría ser la anulación de la votación de la elección, suena bastante drástico siendo una elección presidencial que, por una bendición, se anulara, pero existen antecedentes de candidaturas, alcaldías y diputaciones que han sido anuladas por el Tribunal Electoral cuando se queja el partido perdedor”.
Utilizar la fe para obtener votos
Agrega Jesús Valdez de los Santos: “Todo aquello que pueda generar sospecha de que se está usando la fe para ganar votos, puede ser motivo de sanción por el Tribunal; y la máxima sanción puede llegar a anular una votación”, detalló Valdez.
El tribunal -dijo- deberá decidir en su momento si esa influencia fue lo suficientemente grande como para pensar que modificó el sentido de la votación. “Por ejemplo, si el tribunal considera que dicha bendición le generó a la candidata dos millones de votos, y la diferencia en votos es menor entre una y otra candidata, pues entonces sí hay posibilidad de que se anule la elección, pero son sanciones que el Tribunal tendría que revisar en su momento y, primero, pues avalar si efectivamente, hubo un delito electoral con esta bendición”.
Para el especialista, no hay duda de que los partidos de oposición sí podrían presentar una queja por este tipo de videos, sobre todo “si este video puede aportar algo a la campaña de Sheinbaum”.
El castigo del electorado
Jesús Valdez consideró que, pensando en la sociología mexicana, “también ha estado demostrado que, cuando el pueblo católico no ve sinceridad en un acercamiento de un político a la fe, lo termina castigando en lugar de apoyarlo”.
“Hablando de lo social, esta bendición hacia una candidata presidencial podría reforzar las convicciones en muchos de sus seguidores, pensando que su Iglesia ya la está bendiciendo; ‘sin embargo, en un público más volátil, que no está tan convencido, podría generar una reacción contraria de decir ‘no me gusta que usen mi fe para intentar ganar mi voto’'”.
Pese a ello, aseguró que el asunto de la bendición no trascenderá demasiado, pues “en la vorágine de información diaria, las noticias se pierden después del tercer día… Creo que le va a ayudar más a reforzar a su público duro”.
Una sociedad más tolerante a los temas religiosos
Al ser cuestionado sobre la posibilidad de ver más bendiciones o videos de esta naturaleza, sostuvo: “creo que sí se pueden repetir, de hecho, veo que es una elección en la que se han usado muchos símbolos religiosos, mucha cercanía con diferentes actos religiosos”.
Añadió: “Para comenzar, algo inédito: el que las dos candidatas presidenciales más importantes estuvieron con el Papa y lo dieron a conocer; eso nunca había pasado en México. Nunca habíamos visto que los candidatos presidenciales fueran a ver al Papa antes de la elección; esto nos habla de una de una sociedad democrática que se está haciendo más tolerante en estos temas religiosos que antes era un tabú“.
También es común -concluyó- “escuchar a muchos candidatos hablar de Dios, de sus creencias, porque forman parte de su vida y de lo que estás vendiendo de tu persona, que te conozcan y que sepan cuáles son tus convicciones. Antes, este tipo de declaraciones se reservaban a ciertos partidos de corte conservador, por decirlo de alguna manera, y ahora no, ya todos en todos lados se escuchan”.