“Deseo que el presente encuentro les ayude para seguir manteniendo el valor de la obediencia y de la caridad que logre construir comunidades fraternas, decisivas en el empeño por una misión eficaz”. Así lo ha señalado el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, en la apertura de la XXX Asamblea General de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), que se celebra del 21 al 23 de mayo en Madrid bajo el lema ‘¿Quién manda aquí? Corresponsabilidad y obediencia?’.
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Auza ha trasladado a los superiores mayores españoles el agradecimiento del papa Francisco por “todo cuanto realizan en los diversos apostolados que llevan a cabo para favorecer una vida cristiana viva y comprometida”.
“Desde la fidelidad a vuestros diversos carismas -ha continuado-, unos acercáis el amor del Señor a los pobres mediante la asistencia, otros a los enfermos y a los ancianos, otros a los niños y jóvenes, que son la apuesta de futuro, y que necesitan que la educación no solo sea adquirir destrezas y conocimientos, sino, también valores y motivos de esperanza”. “Muchas gracias pues por la contribución a la vida de la Iglesia en España”, ha aseverado.
Siguiendo con el tema de la Asamblea, Auza se ha referido a la corresponsabilidad y la obediencia. “En su misma historia y, digamos, evolución, la vida religiosa no puede vivirse sin ese sentido de obediencia que traspasa un sentido meramente práctico y funcional en una vida comunitaria”.
“No hay más que recordar cómo la vida consagrada nació de aquel deseo que, a los corazones generosos tocados por el amor de Dios les llevaba a los desiertos buscando a Dios. El candidato simplemente preguntaba qué tengo que hacer para salvarme. A partir de ese momento se establecía una relación que, en el discernimiento, exhortaba en la práctica de aquellas cosas que permiten asimilar la radicalidad del Evangelio”, ha añadido.
Preocupación por los demás
Para el representante del Papa en España, “profundizar qué significa el servicio de la autoridad en la vida consagrada, contribuye a ver que el cometido de la autoridad en la vida consagrada hace referencia a la persona del llamado, a la construcción de la vida comunitaria y, en particular, al desarrollo de la misión común que perpetúa el carisma específico”.
En este mismo sentido, ha insistido en que “la ‘corresponsabilidad y obediencia’ se evidencian en la preocupación por los demás que nace de la presencia de Dios en el alma y se proyecta en los hermanos invitados a vivir y ser sus santuarios”.
Auza ha concluido insistiendo en que “la pregunta de ‘¿quién manda aquí?’ se resuelve en la convicción clara de que cada familia religiosa, cada comunidad de vida consagrada, no solo comparte el pan, sino el ideal común que es Jesucristo”.
“Gracias por vuestra presencia”
Por otro lado, el obispo responsable del acompañamiento a la CONFER dentro de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, José María Avendaño Perea, ha saludado a los superiores mayores recordándoles que “en este cambio de época, en el momento sinodal que estamos viviendo, los consagrados estamos llamados a ser profetas de esperanza”.
“¿Hay esperanza en nuestro corazón?”, les ha preguntado a los religiosos el obispo auxiliar de Getafe. Dejando la pregunta en el aire, ha insistido en que “la vida consagrada apostólica es semilla, discípula y misionera. Somos granos de trigo en las periferias”. Por ello, ha invitado a acallar a los profetas de calamidades: “¡No, la vida consagrada no va a morir!”.
En su saludo, Avendaño ha hecho hincapié en que el mundo actual necesita de consagrados “con los pies en el suelo, con los pies en la tierra de nuestros contemporáneos”. “Es preciso que los consagrados descubramos a Cristo donde hay una necesidad”, ha aseverado.
En relación al tema de la Asamblea, el prelado ha insistido en que para responder a las preguntas de hoy se necesitan estructuras menos encorsetadas. “Ojalá al terminar la Asamblea podamos contestar que el que manda es aquel que sirve, el que lava los pies a los hermanos como Jesús”, ha concluido.