“Es el momento de soñar, con los pies en la tierra y el corazón en el cielo para anunciar el Reino y hacer realidad la propuesta que nos hace Jesús de Nazaret”. Es la actitud con la asume Antonio Valín Valdés la encomienda papal que le lleva a ser el nuevo obispo de Tui-Vigo. Tras darse a conocer su nombramiento a mediodía de hoy, el hasta ahora vicario general de Mondoñedo-Ferrol ha comparecido ante los medios de comunicación con el obispo de su diócesis natal, Fernando García Cadiñanos.
“Tengo sentimientos encontrados porque ha sido una sorpresa completamente inesperada”, admitió Valín, de 56 años, a la vez que comentó, de manera coloquial, que “llevo unos días en los que mi cabeza y mi corazón son como una lavadora”. “Sigo preguntándome porqué el Papa se ha fijado en mí, porque hay millones de curas que tienen más cualidades personales y pastorales mejor que yo”, dejó caer, desde el convencimiento de que todo esto viene “del proyecto de Dios para cada uno, del corazón de Dios”.
En medio de esta encrucijada, expuso que “me entregaré con la misma pasión y entrega, si cabe, que hasta ahora”. Eso sí, pidió “paciencia” a todos los católicos de Tui-Vigo “para conocernos y porque soy un novato en todo esto”. “Aquí nací a la vida, a mi vida de fe y a mi vida sacerdotal”, dijo emocionado el hasta hora vicario de Mondoñedo-Ferrol. Además, desveló que el ya obispo emérito de Tui-Vigo, Luis Quinteiro de Castro, “fue profesor mío, por lo que tenemos una relación muy cercana y cordial”.
Por su parte, el obispo de Mondoñedo-Ferrol mostró su entusiasmo por la designación pontificia y alabó las “cualidades importantes” de un hombre con “capacidad de trabajo y gran responsabilidad con una enorme espiritualidad y amor a la Iglesia”. “Ha sido un gran colaborador”, enfatizó García Cadiñanos, por lo que no le costó expresar que “tiene unos mimbres que le harán un gran obispo y un gran servidor”.