Dentro de su ‘gira’ por las parroquias romanas para preparar el Jubileo, el Papa se encontró ayer con un grupo de jóvenes
Dentro de la ‘gira’ que el Papa está realizando por las parroquias de Roma para alentar la llamada ‘Escuela de Oración’ preparatoria para el Jubileo de 2025, Francisco recaló ayer en Santa Bernardita Soubirous, donde mantuvo un encuentro con 80 jóvenes cerca de una hora.
Fue en el auditorio de esta parroquia donde Francisco abrió un diálogo sin reglas ni condicionante alguno: “Hay un discurso que tengo que leer, pero es un poco aburrido, me gustaría que hablaran ustedes y que hicieran preguntas. Vamos, alguien valiente. Tú”.
Uno a uno, los jóvenes abrieron fuego, hasta que el pontífice argentino quiso adentrarse en la realidad de quienes se muestran ajenos al hecho religioso. Con naturalidad, buscó un candidato: “Díganme una cosa. ¿hay alguno de ustedes que no crea en Dios?”. Y uno de los presentes se lanzó: “Tú -señaló a un joven del coro-, dime por qué, cuéntame un poco lo que sientes”.
El joven se expresó con sinceridad:”Admiro a todos los que están aquí y todo lo que hacen, pero he visto tantas veces que creer es demasiado fácil. Me gustaría creer en algo, confiar mis preocupaciones e inquietudes a alguien”. Y el Papa correspondió valorando que “esta es una de las cosas más bellas, una persona honesta”.
Con esta premisa, lanzó una reflexión que fue más allá: “Nadie debe ser condenado si no cree. Es importante ponerse en camino. Si veo a un joven que no se mueve, que se queda sentado en la vida, que no le gusta moverse, eso es malo. Pero si veo a un joven que cae en el calor y se mueve, ¡chapeau!“.
“Muévete por un ideal”, insistió el Obispo de Roma, que, en otro momento del diálogo con los jóvenes , les animó a ponerse en escucha: “Cada uno de nosotros debe hacerse esta pregunta, porque el Señor tiene un plan para cada uno de nosotros. Cada uno debe tratar de comprender lo que el Señor quiere de nosotros, preguntárselo. Pregúntale al Señor en la oración: ¿qué quieres de mí?”.
Por otro lado, compartió con los jóvenes su preocupación de perderse en los laberintos de la vida”. “Lo principal para salir de un momento oscuro es no caminar solo, porque solo se pierde el norte. Es importante hablar de la propia situación”, remarcó. En esta coyuntura les animó a no afrontar estas crisis en soledad, sino en compañía, en comunidad: “No hacen falta curas ni monjas, incluso un amigo o papá y mamá están bien, con tal de que uno no esté solo. Tomen nota de esto: de una situación difícil, de un momento de incomprensión, nunca se sale solo. Es importante hablar de tu situación y no ‘comértela’ solo”.