Relevo episcopal en Galicia. El papa Francisco ha nombrado obispo de Tui-Vigo al sacerdote Antonio José Valín Valdés, de 56 años, que hasta ahora era el vicario general y moderador de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, una responsabilidad que se completaba con otras tantas: párroco in solidum y moderador de la Unidad Pastoral de Foz, rector del seminario menor de Mondoñedo, canónigo de la catedral de Mondoñedo y consiliario del Colectivo Campamento Diocesano. Quienes le conocen, aseguran que es “el hombre para todo” de Mondoñedo-Ferrol, “un auténtico fontanero” de la diócesis. La ordenación y toma de posesión tendrá lugar el próximo 20 de julio a las once en la catedral de Tui.
Este nombramiento implica, por tanto, la jubilación de Luis Quinteiro Fiuza, que estaba al frente de la diócesis desde 2010 y que en junio de 2022 presentó su renuncia al Papa tras cumplir los preceptivos 75 años. O lo que es lo mismo, Francisco le ha otorgado una prórroga de cerca de dos años.
En su primer saludo a la diócesis de Tui-Vigo a través de una carta, el obispo electo ha destaco que “sueño con una Iglesia en la que todos y todas, cada uno con su sensibilidad y aportando su grano de arena, se sienta convocado, partícipe y responsable en esta nueva etapa sinodal que vivimos en la Iglesia, a la que tantas veces nos convoca el Papa Francisco”.
En la misiva, Valín Valdés pone de manifiesto su deseo de “compartir lo que yo soy, mis ilusiones, esperanzas, la alegría de la fe y la pasión por el Evangelio y el Reino del Señor, especialmente con los más pobres y descartados de nuestra sociedad”.
Sabedor de que “nos toca vivir un momento de cambios muy rápidos, tanto a nivel social como en el seno de la Iglesia”, asume que lo afronta como “un momento hermoso y apasionante”. “Este es el momento, el ‘ahora’ en el que con el Evangelio en la mano, poniendo los pies firmemente en la tierra y el corazón en el cielo”, asegura el nuevo obispo.
Es más, el prelado subraya que “estamos llamados a reflejar el rostro más hermoso de una Iglesia que quiere ser madre pobre, casa de todos, discípula y misionera”, apostillando que ha de ser “una Iglesia en la que todos se sientan en casa y en familia”.
“No caminamos solos, ni por libre: vamos juntos, en familia, ayudándonos unos a otros, recibiendo una herencia secular, con grandes testigos de la fe, que tenemos que seguir transmitiendo”, expresa en un compromiso a trabajar codo con codo con “todos, sacerdotes, consagrados, contemplativos, seminaristas, seglares… todos, nos necesitamos y juntos, andaremos el camino”.
Nacido en la localidad lucense de Ribadeo, Antonio José Valín Valdés es bachiller en teología y máster en comunicación cristiana. Además de conocer la Iglesia gallega a pie de obra como párroco y arcipresete, entre otros encargos, ha sido formador, profesor y director espiritual del seminario, delegado diocesano de Pastoral Vocacional y delegado episcopal de Pastoral de Infancia y Juventud, así como vicario episcopal para la Evangelización. En la sede vacante entre Luis Ángel de las Heras y Fernando García Cadiñanos, también ejerció de administrador diocesano de Mondoñedo-Ferrol durante más de ocho meses.