Fernando Cordero está convencido de que “si verdaderamente queremos una reforma en la Iglesia, tenemos que comenzarla en nuestra zona de confort”. Así lo expresó esta tarde en Madrid, durante la presentación de su primera novela ‘El tren azul’ (San Pablo). El consejero general y secretario de la Congregación de los Sagrados Corazones celebró la puesta de largo de la obra de la mano de Belén Blanco, Pedro Huerta y Mónica Mara.
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“Un colegio es un laboratorio de cómo está nuestra sociedad”, expresó al referirse a este relato coral que se desarrolla en un centro escolar católico de Barcelona. “He querido reflejar esa Iglesia del ‘todos, todos, todos’ del Papa Francisco y como se vive en las escuelas católicas concertadas, a veces cuestionadas, pero que son promotoras de un humanismo cristiano en libertad”.
“El tren azul es el tren de la trascendencia, el ser capaces de ir más allá frente al tren amarillo que es el de las limitaciones”, aclaró el autor sobre el título del libro. “Tenía un impulso en el corazón de todo lo que viví en las aulas de Barcelona y no me lo podía callar”, desveló sobre el punto de partida de este relato, que le llevó a adentrarse en las historias de sus alumnos, redescubriendo que “incluso las vidas más grises todo puede ser susceptible de una novela, los problemas, las inquietudes…”.
Personajes con base real
Por su parte, la actriz y cantante Mónica Mara, desglosó alguno de los detalles de esta obra que tiene una base real. De hecho, Mónica se ve reflejada en uno de los personajes: “Me identifico perfectamente con la descripción que haces de mí y me siento muy emocionada por verme en una novela”. A la par, compartió que “Fernando tiene un arte para escribir que es increíble y gracias a tu novela nos enseñas a querer de una forma generosa, que es lo que aprendí de ti como profesor en el colegio”.
El trinitario Pedro Huerta, secretario general de Escuelas Católicas, puso en valor cómo la obra ofrece una “propuesta de gracia, perdón, conversión, vida compartida”. Para el religioso, ‘El tren azul’ ayudará a muchos “a salir fortalecidos en su fe y confianza”. Además, elogió del autor “la intimidad con la que recrea cada diálogo, cada intuición…”. “A Fernando no le hace falta inventarse personajes”, apuntó Huerta sobre la novela, convencido de que “escribe lo que ya está viendo y viviendo, la Iglesia en la que cree y vive: la Iglesia en salida, la Iglesia sinodal”.
En su intervención, Belén Blanco, responsable pedagógica de la Red de Colegios Marianistas en España, subrayó que la novela recoge esa “misión transformadora” propia de la escuela católica. De esta manera, apreció que Cordero es capaz “transmitir la cultura y la espiritualidad cristiana que se ejemplifica en los más de 80 personajes que aparecen a lo largo de la novela”. Blanco, autora del prólogo de ‘El tren azul’, apuntó que “la escuela cristiana ayuda a construir relaciones a partir de la cultura del encuentro y del cuidado”, tal y como plantea el Papa Francisco.
El acto estuvo moderado por Rafael Espino, director editorial de San Pablo. Espino agradeció a Cordero “aportación para contagiar la esperanza que regala la Iglesia en un mundo necesitado de ella”.