En el prólogo a ‘Contra todo pronóstico. Lo mejor está por llegar’(San Pablo), la ópera prima de Fran Beúnza Navarro (Pamplona, 1985), Mariola López Villanueva describe a su autor como “un delicado observador de los instantes y las cosas pequeñas”, capaz de asomarse a la vida propia y ajena desde esos privilegiados ventanales que le regalan su condición de padre de dos pequeños, profesor de adolescentes y acompañante de jóvenes. Y de todo eso –y mucho más– nos habla su libro: “De cómo ser joven y no morir en el intento; de cómo sobrevivir a ciertos discursos y crear el tuyo propio, aunque parezca imposible; de tu capacidad para salir de tu burbuja, sea cual sea en la que te hayan metido; en definitiva, de dedicar un tiempo a deambular por tu interior”.
PREGUNTA.- ¿Por qué ‘Contra todo pronóstico’?
RESPUESTA.- Porque muchas veces las situaciones importantes en la vida no son planeadas ni controladas. La aparición de la fe es algo que no se puede construir con ideología, valores o por transmisión familiar… termina siendo un tú a tú misterioso, siempre difícil de expresar con palabras. Y es muy difícil de comprender si no lo has experimentado. En algunos contextos sociales parece imposible que pueda darse y, sin embargo, ¡ocurre! Es imposible callárselo. (…)
P.- En su libro recuerda que Jesús se acerca a las personas y estas dejan sus “puertas entreabiertas”. Las de la Iglesia pretenden estar así, pero acaban saliendo más de los que entran. ¿Qué está fallando?
R.- La gente no sale de la Iglesia; en mi contexto social, la mayoría ni siquiera ha tenido nunca la oportunidad de entrar. Hay sed de algo más en muchas personas y cierta ignorancia de lo que significa ser Iglesia. Todos los tiempos tuvieron sus dificultades y el que nos ha tocado vivir es el mejor de los tiempos, simplemente porque es el que se nos ha dado. Intento que quien lea mi ensayo pueda dejar entreabierta su puerta, porque este posible encuentro puede hacer que su vida sea mejor. (…)
P.- Cultivar hoy la esperanza, ¿es ir a contracorriente?, ¿una utopía?…
R.- La esperanza hoy es resistir y crear. Se confunde con una especie de optimismo cutre de autoayuda, y no es eso. La convicción de que algo más fuerte que nosotros podrá dar sentido a tanto dolor humano es también una combinación de don y trabajo personal. (…)