Desde la arquidiócesis de Popayán –sur del país– denuncian que “el conflicto genera rupturas, lastima el tejido social y genera víctimas”
La situación de violencia en el departamento del Cauca, al sur de Colombia, se ha salido de control, los enfrentamientos de los grupos armados contra la fuerza pública, afectando a población civil, son el pan de cada día.
Por eso, desde la arquidiócesis de Popayán han expresado su preocupación frente a esta situación que ha cobrado “la vida de menores de edad, desplazamiento de comunidades, el reclutamiento juvenil, la violación a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario”.
“El conflicto genera rupturas, lastima el tejido social y genera víctimas; en cifras de violencia no hay un balance optimista, nos duelen tantas cosas que reflejan el deterioro humano y que va dejando a Dios de lado”, señalaron.
La Iglesia en esta jurisdicción ha pedido a los grupos armados que “respeten la vida. ¡Toda vida vale!”, mientras hicieron un llamado a los entes gubernamentales para que refuercen “la atención en emergencia humanitaria y la respuesta institucional ante esta crisis”.
Bajo ningún concepto la violencia se puede justificar por lo que el diálogo siempre será la vía natural para resolver conflictos, por lo que Cáritas reiteró su compromiso de tender puentes “con una presencia que acompaña” para conducir “hacia un cambio constructivo”.
Apelaron al Año de la oración – convocado por el papa Francisco – y “crecer en nuestra fe” a ejemplo de Jesús, quien en su martirio en la cruz “reconcilió en sí mismo todas las cosas derribando todo muro de división”.
También ratifican su compromiso de avivar los grandes valores del evangelio, porque “no hay paz sin justicia y no hay justicia sin amor y perdón”, por ende, “necesitamos comprender que todo ser humano es nuestro hermano, aun cuando se comporte como un enemigo”.
Foto: EFE