Esta tarde, el papa Francisco ha acudido a la Casa de las Pías Discípulas del Divino Maestro para reunirse con un centenar de sacerdotes de la diócesis de Roma ordenados en los últimos diez años.
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Según ha informado el Vaticano en un comunicado, después de saludar en la cripta a la comunidad de monjas y a las personas que participan en los servicios de la estructura, con sus familias, el Papa subió a la iglesia, donde tuvo lugar el encuentro. Al finalizar la lectura de la Palabra de Dios y un momento de oración, tuvo lugar una conversación entre el Papa y los sacerdotes presentes.
Entre los temas centrales del diálogo ha estado la experiencia de los primeros años de sacerdocio, el feliz descubrimiento de la fe de las personas, pero también el desafío de servir a los enfermos, al que responder con cercanía, compasión, ternura y las crisis que uno encuentra en la vida sacerdotal. “Nunca se sale solo de una crisis”, afirmó el Papa.
Visitar a los mayores
Se habló también de la diócesis de Roma, de su desarrollo, de su belleza, de algunas debilidades a las que hay que responder no con palabrería, sino con diálogo, y del camino sinodal, del riesgo de reducirlo a un eslogan en lugar de experimentarlo como una forma de vivir la iglesia. En este sentido, el Papa citó la Exhortación Apostólica Evangelii nuntiandi, de Pablo VI, “actual, una joya que sostiene nuestra pastoral”, y el valor de la paternidad, un carisma que debe crecer en el sacerdote.
El diálogo también abordó el tema de la soledad en la ciudad, de cómo experimentar la cercanía con los demás, incluso en las relaciones difíciles, y el papa Francisco subrayó la importancia de acercarse a los mayores, como “prueba de cercanía”, preguntándose: “¿Voy a visitarlos, los escucho?”, y hacerlo con modestia.
Por último, al saludar a los jóvenes sacerdotes, el Papa los invitó a la próxima celebración del Corpus Christi, prevista para el domingo 2 de junio, y les agradeció sus oraciones y su diálogo franco.
