El papa Francisco recibió este sábado, 1 de junio, a la Asociación Cristiana de Trabajadores de Italia (ACLI), un organismo que cumple 80 años de “compromiso y dedicación al servicio de la comunidad”, según el pontífice. Bergoglio les alentó a seguir su servicio por el bien de los trabajadores, de los pensionistas, de los jóvenes, de los extranjeros y de tantos que se encuentran en situaciones de necesidad.
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El Papa alabó que “las ACLI son un lugar donde es posible conocer a los ‘santos de al lado’, que no acaban en las portadas de los periódicos, pero que a veces realmente cambian las cosas, ¡para mejor! Esta historia es un patrimonio del que extraer energía vital para mirar hacia adelante con esperanza y determinación”. Por ello les invitó a mantener su carácter popular que “significa vivir y compartir las alegrías y los retos cotidianos de la comunidad, aprender de los valores y la sabiduría de la gente sencilla. Un estilo popular implica reconocer que los grandes proyectos sociales y las transformaciones duraderas vienen de abajo, del compromiso compartido y de los sueños colectivos”.
Francisco les pidió “abrir puertas y mantenerlas abiertas, acoger a las personas, permitirles construir lazos de solidaridad y sentido de pertenencia, emprender juntos un camino de integración que desarrolle una cultura del encuentro en armonía plural”, prestando atención a los débiles de la sociedad, para que nadie se quede atrás. Todo ello, prosiguió el pontífice con un estilo democrático y pacífico. “Que la ACLI sea la voz de una cultura de paz, un espacio en el que afirmar que la guerra nunca es ‘inevitable’ mientras que la paz siempre es posible; y que esto es cierto tanto en las relaciones entre los Estados como en la vida de las familias, las comunidades y los lugares de trabajo”, apeló en sintonía con el estilo evangélico.