Francisco ha recibido hoy en audiencia a los participantes en los ‘Diálogos para unas finanzas integralmente sostenibles’, promovidos por la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice. “He leído con interés los resultados del trabajo que habéis realizado en estos dos años para iniciar un diálogo entre finanzas, humanismo y religión”, les ha dicho el Papa, reconociendo que este camino “no es fácil”.
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“Os habéis dado una noble tarea: combinar eficacia y eficiencia con sostenibilidad integral, inclusión y ética”, ha señalado. “Dicen con razón que creen que la enseñanza social de la Iglesia puede representar una brújula”, ha continuado. “Para que esto suceda realmente, es necesario no detenerse en el momento de exhortación, sino poder observar el funcionamiento de las finanzas, denunciar los puntos débiles e imaginar medidas correctoras concretas”.
Una gran responsabilidad
Así, Francisco ha puesto el ejemplo de los teólogos españoles del siglo de oro: “El comercio de la lana en España era un mercado floreciente que movía grandes capitales económicos. Los teólogos españoles de esa época comenzaron a discutir ese tipo de comercio y dieron valoraciones éticas que cambiaron con el cambio del contexto histórico. De hecho, la guerra de Flandes hizo que quienes trabajaban directamente en la cría y la esquila ya no recibieran una remuneración adecuada por su trabajo, por lo que denunciaron ese sistema financiero, mostrando sus debilidades y pidiendo mayor justicia. Los teólogos españoles pudieron intervenir porque conocían ese proceso de trabajo, y por eso no se limitaron a decir: “hay que buscar el bien común”, sino que explicaron lo que estaba mal y pidieron acciones precisas de cambio para el bien común, por supuesto”.
“Conocéis los procesos financieros, y este es vuestro gran activo”, ha señalado Francisco, “pero al mismo tiempo también es una gran responsabilidad. A ustedes les corresponde entender cómo lograr que la inequidad disminuya”. “¡El dinero debe servir y no gobernar!”, ha instado Francisco.