Cono Sur

“La Eucaristía es el tesoro de la Iglesia”, afirmó el arzobispo de Paraná

Juan Alberto Puíggari aseguró que Jesucristo se hace presente en la vida de cada uno y nos invita a la cultura de la caridad





En el marco de la celebración de Corpus Christi, el titular de la arquidiócesis de Paraná, Juan Alberto Puíggari, resaltó el don de la Eucaristía y el mandato de repetir sus gestos y palabras de la última Cena: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía” (1 Cor 11, 24).



El arzobispo manifestó que, a través de la Eucaristía, Cristo se hace presente a lo largo de los siglos como el “pan vivo que ha bajado del cielo”. Es el alimento del peregrino, para la esperanza y el amor; fuente de esperanza para la Iglesia, la humanidad y para cada uno.

Pan vivo

Puíggari destacó que en cada celebración aseveramos que este es el Sacramento de nuestra fe, porque justamente la Eucaristía introduce al creyente en las profundidades de la vida divina. También recordó las palabras de San Juan Pablo II en las que afirmó que la Eucaristía es un resquicio del cielo que se abre sobre la tierra.

“Dios ha querido hacerse Pan vivo, porque sabe del hambre y sed de felicidad que tiene el hombre, compañero de camino, quiere estar junto a nosotros hasta el fin del mundo porque su amor lo impulsa a entregarse constantemente”, resaltó el arzobispo.

Asimismo, aseguró que Jesucristo está vivo, amándonos, intercediendo por nosotros ante el Padre: vive, actúa, ama, ofrece, intercede, acoge, escucha y consuela.

Señor de la Historia

El obispo de Paraná destacó que hay necesidad de proclamar la fe públicamente, por las calles de la ciudad, entre cantos y alabanzas, donde transcurre la cotidianeidad y donde están presentes, tanto los sufrimientos como las alegrías e ilusiones. Allí, hay que llevar el Sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor.

Además, se hace necesario dar testimonio de la fe y de esperanza en un Jesús en el que se encuentran las respuestas a los interrogantes más profundos. Es el quien puede satisfacer el hambre de sed y felicidades de cada hombre. Es el momento de reconocerlo Señor de la historia, Rey de nuestra vida y de nuestra Patria.

Cultura de la caridad

Para seguir su ejemplo de amor compasivo y fomentar una cultura de la caridad, Puíggari cree que la solidaridad es el camino: tener la mirada en el otro y estar atentos para vivir el mandamiento del amor que brota de este sacramento.

Las carencias, las dificultades y los sufrimientos que todos atravesamos, son quienes nos ayudan a ponernos en el lugar del otro. La vivencia del dolor puede ser el camino para superar el egocentrismo y el narcisismo. “Estamos llamados a vivir en fraternidad, en familia, cultivar la amistad social, fomentar la cultura del encuentro que se traduzca en gestos concretos de solidaridad y misericordia”, aseveró. Y llamó felices los que, siguiendo al Maestro, son capaces de salir al encuentro de los demás, de conmoverse en el dolor y de unirse a ellos… “Feliz porque se convirtió en hombre o mujer eucarística”.

En la celebración de Corpus, el pastor de Paraná reforzó el valor de vivir en relación y unión, el llamado a vivir en familia; a ser mansos y a estar atentos para el servicio. “Si no vivimos así es todavía no nos hemos dejado transformar por la Eucaristía, que nos hace vivir la caridad hecha servicio”.

Puso énfasis en un fruto de la Eucaristía: la misión, y convocó a toda la comunidad arquidiocesana a robustecer su conciencia misionera. En la Eucaristía encuentra su fuente y vitalidad. Eucaristía y misión forman un binomio inseparable.

Finalmente, deseó que esta celebración de la Eucaristía y la procesión por la ciudad reavive las raíces cristianas y eucarísticas, afiance la comunión con el Señor y ayude a vivir eucarísticamente la entrega y donación de la mano de María.

Fotos: arzobispado de Paraná
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