La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se pronunció este 3 de junio en torno a la elección de la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, del partido en el poder, quien se convertirá en la primera mujer en ocupar la jefatura del Poder Ejecutivo Federal.
En un mensaje firmado por el obispo de Monterrey y presidente de la CEM, Rogelio Cabrera López, los obispos se dirigieron a la candidata del partido Morena, Claudia Sheinbaum, quien resultó ganadora con el 59.07% de los votos, al contabilizarse el 90% de las actas.
Luego de felicitarla y resaltar “el privilegio de ser la primera mujer en llegar a la más alta magistratura del país”, elevaron sus oraciones para pedir a Dios que Sheinbaum pueda conducir a México hacia mejores horizontes, “donde la República se fortalezca, el Estado de derecho se viva plenamente, la democracia permita la transición política sin violencia, el desarrollo y la justicia de toda la nación se logre con mayor eficacia”.
Pero, sobre todo, los obispos le hicieron un llamado a encabezar un periodo de reconciliación social en todo el país. “Esperamos sinceramente que privilegie el diálogo con todos”, apuntaron.
Los obispos también recordaron a todos los ganadores de la contienda electoral -20 mil, entre diputados y senadores federales, legisladores locales, presidentes municipales y alcaldes-, que cuando asuman sus cargos, habrán de gobernar para todos los mexicanos, hayan votado o no por ellos.
“Que el bien común sea la estrella que guíe el ejercicio de gobierno de todo aquel que fue electo por voto popular”.
También felicitaron al pueblo de México que, “al ejercer sus derechos civiles y políticos salió a votar copiosamente, para fortalecer la democracia y elegir, por mayoría de votos, a quienes ocuparán los miles de cargos públicos que estaban en contienda”.
“Ha sido una gran celebración ciudadana, a pesar de los obstáculos y problemas que se presentaron durante el proceso electoral, especialmente por la violencia criminal y la interferencia a la legalidad de algunas autoridades. Debemos sentirnos satisfechos por el deber cumplido y con un compromiso por delante para cuidar y mejorar nuestras instituciones democráticas”, añadieron los obispos.
Para los obispos, con esta jornada electoral, el pueblo ha dado un testimonio admirable de participación y madurez democrática.
“Como pastores, nos llena de esperanza ver cómo los ciudadanos abrazan los valores del bien común. Que este espíritu nos siga animando e inspirando en la construcción de un futuro más brillante para nuestra querida patria”.
Al encomendar a México a Santa María de Guadalupe, los obispos expresaron su deseo por “trabajar unidos, gobierno y sociedad, en la edificación de un México donde todos nos reconozcamos como hermanos, hijos amados de un mismo Padre, y juntos forjemos el destino promisorio de nuestra gran nación”.
“Como Iglesia católica, reafirmamos nuestro compromiso de seguir colaborando, junto a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, en la apasionante tarea de construir la paz y buscar el desarrollo integral de nuestra sociedad”, concluyeron.