Ramón Montejo, incardinado en Ocaña, atendía a víctimas del conflicto, por lo que Jorge Alberto Ossa, administrador de esta jurisdicción, ha pedido una investigación “a fondo”
Ramón Montejo, de 45 años, fue asesinado por un par de delincuentes este 4 de junio, cuando los sujetos lo interceptaron en un estacionamiento del barrio Jesús Cautivo de Ocaña – en el departamento Norte de Santander al oriente del país – para robarle su camioneta.
El cura se resistió al atraco y entonces los criminales lo apuñalaron y luego lo arrollaron con su propio vehículo. La Policía fue alertada y activó un plan candado y logró la captura de uno de los asesinos en la vereda La Pradera y recuperaron el vehículo.
Montejo estaba incardinado en la diócesis de Ocaña se preparaba ese día para visitar el corregimiento de Buenavista, donde ejercía su ministerio sacerdotal. El secretario de gobierno del municipio de Ocaña lamentó el suceso.
Mientras que la Delegación de paz del Gobierno de Colombia destacó que el presbítero fue “una figura respetada y apreciada en la comunidad gracias a sus actividades sociales y su labor por las personas víctimas del conflicto”.
Por su parte, Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona y administrador apostólico de Ocaña, ha expresado su pesar por el fatal deceso de Montejo, “hecho que ha sumido a nuestra comunidad en una profunda consternación y tristeza”.
Toda vez que envió sus condolencias a familiares y amigos “como a toda la comunidad que tuvo el privilegio de conocerlo y ser testigos de su entrega y dedicación pastoral”.
El prelado destacó que “fue un hombre de fe inquebrantable, cuyo compromiso con la evangelización y el servicio a los más necesitados dejó una huella imborrable en nuestra diócesis”.
“Condenamos profundamente que al violencia irracional haya cobrado la vida de un sacerdote que dedicó su vida a difundir el mensaje de paz y amor de Jesucristo. Rechazamos categóricamente este acto de barbarie que atenta no solo contra la vida de un ser humano, sino también contra los principios fundamentales de convivencia y humanidad”, acotó.
Ha pedido a las autoridades una investigación a fondo de este crimen y a toda la feligresía ha pedido “mantener viva la memoria del Padre Ramón Arturo y seguir trabajando por acciones que promuevan la paz, la reconciliación y el respeto por la vida”.
Foto: Diócesis de Ocaña