Las otras clarisas, ante el foco omnipresente de Dios

Las otras clarisas, ante el foco omnipresente de Dios

Olvidamos que, tras lo muros de un convento, hay un patrimonio mucho más importante que el artístico… Un patrimonio humano que va más allá de los tópicos y prejuicios que acompañan a la vida en clausura para el que intenta imaginársela desde fuera. Es la doble propuesta del fotógrafo Kike Aspano, que, ahora en Toledo y durante los próximos meses en otros lugares de España, llegará hasta cada persona que quiera acercarse a ver sus fotografías y, en ellas, a las monjas franciscanas del Convento de Santa Isabel de Toledo. Una muestra fotográfica y un libro con un título común: ‘El privilegio de la pobreza’.



La idea surgió a partir de otra exposición y de una pregunta lanzada al aire y cazada por Aspano: “Alguien dijo: ‘Pero, ¿todavía existen monjas de clausura?’. Llegué a casa enrabietado. Con el tiempo que nos dedican, que no se sepa de su existencia… Unos años después, aquí estamos”. Y, efectivamente, ha sido una estancia larga y densa que ha fructificado, no solo en la muestra, sino en una amistad forjada en tiempos de intimidad y silencio.

Toda una experiencia también para la comunidad de Santa Isabel, tal y como cuenta la madre abadesa, sor Montse Pina: “Nos ha hecho también ser más comprensivas en el sentido de decir: ¿por qué no podemos mostrar nuestra vida a la gente de rejas afuera, como personas extrañas, metidas en un halo de misterios?”. “A menudo, la gente piensa en las monjitas pobrecitas y encerradas… No, pobrecito tú, que eres el que te lo pierdes”, sentencia. Y es que “somos mujeres que hemos optado por una vida. La clausura es una opción que yo he tomado y no siento que esté encerrada… Ni mucho menos, al revés”.

Conversación cómplice

A través del objetivo de Aspano, el espectador se sumerge en uno de los últimos reductos de intimidad y sentido sagrado de la existencia: la vida contemplativa. Una visión natural que se ha traducido en una amistad fraguada en este año de trabajo y convivencia que se refleja en una conversación cómplice, con miradas y silencios que les acompañan.

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