Los jesuitas finalizan su congreso sobre abusos con el deseo de “dejarse evangelizar por las víctimas”

Celebrado del 5 al 7 de junio, ha sido clausurado hoy por el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo

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Ahondar en las causas estructurales del abuso de poder en la Iglesia ha sido la tarea realizada por las más de trescientas personas -presenciales y on line- de 27 países del mundo que han acudido del 5 al 7 de junio al Congreso Internacional Jordán celebrado en el Espacio Maldonado de Madrid. Convocado por el proyecto Jordán, de la provincia de España de la Compañía de Jesús y las universidades jesuitas (UNIJES), ha reunido a expertos internacionales en la materia que han dialogado sobre numerosas cuestiones referentes a los distintos tipos de abuso, en especial el de poder, el espiritual y el sexual, en el seno eclesial.



Tal como ha subrayado la Compañía de Jesús, han sido “tres días intensos que aportarán muchos frutos en este camino de largo recorrido que supone la lucha y prevención contra los abusos en el seno de la Iglesia y que fue considerado por varios de los ponentes como misión profética de la Iglesia”. Además, esta mañana el cardenal arzobispo de Madrid lo ha clausurado.

En dicha clausura, José Cobo ha afirmado que “cuando se da el mal en el corazón de la Iglesia y nosotros lo negamos, lo escondemos, lo encubrimos o simplemente dejamos de interrogarnos por su presencia, entonces somos cómplices de dejarlo actuar”. Asimismo, ha reconocido el dolor que nos suponen las víctimas: “Las víctimas nos duelen. Todas las víctimas: las nuestras y las ajenas. Pero tenemos un deber especial de acoger el clamor de las víctimas que están en una Iglesia que un día no supo protegerlas, y ahora tiene la cordial responsabilidad de contribuir a su sanación”.

Temáticas

El congreso se ha centrado en el diálogo interdisciplinar, con marcada presencia de la Teología. Ha contado con expertos a nivel nacional e internacional tanto en Teología como en otras ciencias sociales y jurídicas. Dirigido principalmente a investigadoras e investigadores en el área teológica relacionada con el abuso de poder y personas que investigan desde diversos campos este tema en la Iglesia o en otro ámbito de la Sociedad, también ha incluido a víctimas entre los asistentes, así como a representantes de instituciones comprometidas con la superación de los abusos en la Iglesia.

El primer día se centró en el tema del poder y el abuso desde la perspectiva teológica; el segundo en las relaciones y la dimensión estructural y el tercero en las propuestas de futuro. La primera jornada constató que algunas dinámicas de las relaciones de poder y de las maneras de proceder en las estructuras eclesiales favorecen la posibilidad de que se produzcan abusos. También que las velocidades dentro de la Iglesia no son siempre equiparables y todavía hay quienes tienden a creer que es un tema personal y acotado en el tiempo y no estructural. Se especificaron asimismo las distintas dimensiones de los abusos en sus múltiples caras, el abuso de poder, espiritual, sexual… y se señalaron como ámbitos de mayor riesgo el del acompañamiento espiritual, la confesión sacramental y la obediencia en las instituciones religiosas. Todo ello enmarcado preferencialmente desde el ámbito teológico.

Dimensión estructural

La jornada sobre las relaciones y la dimensión estructural especificó algunos de esos aspectos concretos de la estructura eclesial que posibilitan el abuso. Por ejemplo, la autoconciencia de la Iglesia como santa; la concepción del sacerdote rodeado de un halo de sacralidad; el sistema de autoridad y obediencia dentro de las estructuras que incluso llega a generar una mística sobre dicha obediencia (considerando al superior como representante de Cristo); la idealización del fundador que ha llevado incluso a considerar santos en vida a algunos de ellos y a justificar conductas impropias de los mismos. También señaló posibles cambios en las constituciones y reglas de los institutos que limiten el poder del superior y la prolongación de sus mandatos, así como establecer sistemas de control de los que ejercen el poder interno. También se recomendó no priorizar la salvaguarda del nombre de la institución sino la defensa de las víctimas, así como ofrecer información veraz y con la máxima transparencia y asumir la sinodalidad de verdad.

Varios de los ponentes rechazaron también el jerarquismo y apuntaron a la necesaria tarea de conversión cultural dentro de la Iglesia, trabajando por la verdad, creando espacios para intercambiar ideas y asumiendo que la responsabilidad no solo recae en los miembros ordenados sino también en los laicos.

En su homilía de la segunda jornada, el provincial de la Compañía de Jesús, Enric Puiggròs, ha señalado que “las víctimas nos evangelizan; no podemos esperar que esto se ‘apague’, que se desvanezca como si nada hubiera ocurrido; debemos mirar de cara a aquello que hicimos mal” no ponernos a la defensiva y “superar la tentación de la arrogancia, reivindicando las cosas buenas hechas por nosotros, como si pudieran compensar de alguna manera este drama de abusos.” Abogó a su vez por no dejarnos caer en la desesperanza porque “si queremos ayudar a las víctimas, realmente, estamos llamados a ver la esperanza en medio de la oscuridad” y ver esta realidad como una oportunidad porque “El Señor nos dice, con voz suave que los felices son los que lloran, los que necesitan justicia, las personas que necesitan reconocimiento. En ellas encontraremos, paradójicamente, a Dios”.

Encuentro científico y académico

El último día se especificaron algunas propuestas esperanzadoras, como las vías abiertas para la prevención de abusos desde el Derecho Canónico, en las competencias del Dicasterio para Laicos, Familia y Vida y numerosas recomendaciones para las asociaciones de fieles encaminadas a la erradicación de los abusos.

A lo largo de los tres días han sido muchos los temas abordados, como los específicas a través de comunicaciones y grupos de trabajo vespertinos, a saber: la realidad y desafíos desde el derecho, la tipificación de delitos de abuso en contexto eclesial (derecho canónico), la violencia contra mujeres adultas en el seno de la Iglesia, la reforma de vida en el contexto de la crisis de abusos en la Iglesia o las relaciones entre Teología y Espiritualidad, Psicología y Sociología, Ética organizacional y el Derecho Canónico.

El Congreso ha sido un punto de encuentro académico y científico y foro de trabajo para buscar propuestas de buenas prácticas institucionales que eviten el abuso en la Iglesia y encontrar claves desactivadores de la conducta abusadora. Este congreso ha estado cofinanciado por Porticus Iberia.

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