El órgano que llegó desde Japón

El Capítulo de la Catedral Nueva de Lleida se impuso hace ocho años “recuperar el esplendor musical de las funciones litúrgicas”, como describe mosén Paco Ribas Fragero, presidente del Capítulo Catedral. Por fin, está a punto de lograrlo. El pasado mes de mayo comenzó a instalar en el portal del Evangelio un órgano de la marca Klais, de estética neobarroca alemana, construido entre 1974 y 1975, con tres teclados manuales y pedal, 36 registros y 2.278 tubos. El día de San Miguel, 29 de septiembre, sonará con toda su belleza.



“A mí me encanta, está quedando precioso. Parece que estaba hecho para la catedral –afirma Paco Ribas–. Creo que el Señor, con su Divina Providencia, dejó que lo dejaran de usar en Japón porque luego nosotros podríamos necesitarlo aquí. De verdad, encaja. El resultado visual es precioso. Incluso, hasta el mismo color le da también más vistosidad. Es perfecto”.

Sí, curiosamente, procede de Japón, de su capital, Tokio. El monumental instrumento –mide nueve metros en su punto más alto y pesa trece toneladas– presidía el Ishibashi Memorial Hall, auditorio transformado en sala teatral, y desembarcó en el puerto de Barcelona donado por la Fundación Educativa Ueno Gakuen, institución dedicada a la enseñanza musical. A Lleida llegó en tres tráileres.

Una buena apuesta

“Hace más de dos años que comenzamos esta aventura de buscar un órgano que fuera, sobre todo, de buena calidad, y que se adaptara a las condiciones de la catedral –relata Miquel González, profesor de órgano en el Conservatorio de Lleida y que es la persona que ha asesorado al Capítulo Catedral–. Contacté con Klais, que es la casa que construyó los órganos de El Pilar y de la catedral de León, y nos hablaron del que se había desmontado en Japón. Y desde entonces estuvimos en conversaciones con la Fundación Ueno Gakuen. Creo que ha sido una buena apuesta”.

Y lo argumenta apelando al tamaño de la catedral: “Cuando eres organista, más o menos calculas el número de registros que necesitas para llenar el espacio. Y este órgano tiene 36 registros. Siempre es mejor que haya más, ¿no? Claro, más vale que sobre a que falte. Pero en este caso, creo que será adecuada. Además, son importantes los registros que tiene; también por el espacio, pues parece que esté hecho expresamente para esta catedral. Porque queda muy bien integrado y será un foco de atracción más para la catedral y también para la ciudad”.

El instrumento con más historia

González usa un curioso símil: “Una catedral sin órgano es como un coche sin ruedas. Nuestra catedral tenía la necesidad de tener un órgano. Una catedral sin órgano no es catedral, al menos yo lo veo así. Claro, también depende de la capacidad económica de cada lugar. Nosotros teníamos las manos atadas, no podíamos hacer gastos exorbitados. Y entonces se buscó una solución práctica: dotar a la catedral de un instrumento de buena calidad, que no es nuevo, pero que cumplirá su función”.

El órgano Klais opus 1510, es –como aclara Miquel González– “un instrumento en el que principalmente se podrá interpretar música del Renacimiento, pasaremos por el Barroco, incluso Barroco francés, y llegar hasta los inicios más o menos del Romanticismo, hasta la época de Mendelssohn”. Pero el profesor y organista destaca, ante todo, la reivindicación del órgano como instrumento que ha emprendido el Capítulo de la Catedral Nueva de Lleida: “El órgano es un instrumento fundamental dentro de una iglesia, como dentro de la cultura occidental. Es el instrumento que más historia tiene de todos. Claro, nos remontamos al siglo XIII. ¿Qué instrumento se remonta al siglo XIII? Ninguno”.

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