Las canciones de Migueli, a toda página

Cantautor religioso

Los conciertos más ‘cabrones’ se los paso siempre a Migueli”. Con esta franqueza, Álvaro Fraile habla de algo más que un compañero de escenario. De un amigo. Y de un referente de la música cristiana en español. Y es que Álvaro sabe que a su colega extremeño es complicado pillarle en un renuncio de humor y amor.



Y aun fallando los micrófonos y los altavoces, aun encontrándose en territorio hostil, es capaz de saber sacar una sonrisa desde lo hondo a quien tiene enfrente. “No soy digno de atarle las sandalias”, bromea en el Auditorio Alhajas Teamlabs Madrid. Allí Migueli presentó el jueves 30 de mayo ‘Enamorao de la vida, aunque a veces duela’ (Khaf) de la mano de Álvaro Fraile, compositor, ilustrador y amigo.

Migueli, que podría haber echado mano de cualquiera de sus temas para dar título a su primer libro, se lo ‘robó’ a Kiko Veneno. Pero no. Le falta vanidad para eso y para llenar páginas de manchas negras que hablen de sí mismo. Si hubiera caído en esta tentación, se habría censurado antes de terminar la primera frase. Porque Miguel Marín, máster en Counselling (asesor personal, mediador en problemas sociales, educador) y en Musicoterapia, vuelca en esta obra los encuentros con tantos de los que se ha topado en su camino.

Estrellas en lo suyo

Con esos que nunca han pisado la alfombra roja de un photocall, que no necesitan de los flashes para brillar, igual un migrante que un sintecho. “Cada vez que canto en un auditorio, me topo con gente buenísima y comprometida, que son estrellas en lo suyo, y eso tenía que escribirlo”, reconoce nada más coger el micro, para añadir justo después: “Yo no tengo música, la música me tiene a mí, es mi cauce para expresar aquello en lo que creo, compartir lo que profundizo, y para hablar de aquellos que han tenido mala suerte en la vida y que he tenido la suerte de cruzarme en mi camino”.

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