El arzobispo metropolitano de San Juan, Roberto Octavio González Nieves, considera que la Conferencia Episcopal Puertorriqueña ha emitido su “mejor mensaje ante unas elecciones desde el conflicto entre la Iglesia y el Estado en Puerto Rico durante los comicios de 1960. Todavía los obispos estamos recuperando nuestra voz en el foro público a raíz de esa crisis”. Por ello, en conversación con ‘Vida Nueva’, expresa su esperanza de que “el tono sereno y respetuoso de este mensaje nos ayude a reinsertarnos en el diálogo público” y a “promover un discernimiento general que contribuya al diálogo, tan necesario para llegar a consensos que nos permitan resolver problemas sociales y patrióticos y a convivir en fraternidad”.
El prelado se refiere así al mensaje ‘Discernir para decidir’, aprobado el pasado 29 de mayo y que veía la luz solo cuatro días antes de las elecciones primarias para que el Partido Nuevo Progresista (PNP) y el Partido Popular Democrático (PPD) eligieran a su candidato –2 de junio– y a seis meses de las elecciones generales para elegir a los representantes para los próximos cuatro años. En él hace un llamamiento a que la discusión política electoral se abra camino con respeto a las diversas manifestaciones y ponga a un lado las estridencias y los fanatismos partidistas. En cambio, pide reflexión y diálogo sereno sobre los temas sociales y políticos, enfrentar la dependencia y el colonialismo, para culminar con “la solución definitiva del estatus político de Puerto Rico”.
Los obispos, sin embargo, dejaron claro que los temas deberán ser atendidos con mucho respeto entre todos. En ese sentido, enfatizaron que hay creyentes en todos los sectores políticos y que, en consecuencia, nadie del clero está autorizado a formar parte de partido político alguno o de aceptar puestos en el Gobierno. El mensaje de los obispos puertorriqueños establece diferencias claras entre el respeto a la libertad religiosa y la separación de Iglesia y Estado.
Por eso, insiste en el papel de los laicos en la formulación de las agendas de los partidos, pero “ningún clérigo tiene autorización para hacer propaganda, o proponer votar a favor de un candidato o agrupación partidista, tampoco está autorizado a asumir puestos con quienes resulten electos, aunque sean voluntarios, con excepción de los capellanes oficiales”.